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Plantando cara al techo de cristal

Cinco destacadas profesionales explican su experiencia como mujeres en ámbitos de decisión empresarial y su visión sobre el liderazgo femenino.

Actualmente, las mujeres apenas alcanzan un 35% de los puestos directivos de organizaciones públicas y privadas. Un porcentaje difícil de superar si tenemos en cuenta que se ha mantenido muy estable en la última década, con un 32% de media. En miles de personas, y según los datos más recientes del estudio La aportación de las mujeres a la economía en España, hay 302,7 mujeres en cargos de alta jerarquía frente a 565,2 hombres. El techo de cristal, ese tope que frena la ascensión como directivas o gerentes a las mujeres más preparadas, suele ser la causa de este estancamiento. Difícil de definir, el techo de cristal hace referencia a prácticas empresariales (políticas de promoción masculinizadas, brecha salarial por género, discriminación por embarazo, etcétera) y creencias erróneas (dificultades para conciliar la vida laboral y la familiar, por ejemplo) que provocan la ausencia de referentes femeninos en los ámbitos de decisión económico y empresarial. “Si cuando observas las esferas de poder, no ves a nadie como tú, piensas que ese espacio no está reservado para ti. Por lo tanto, te autoexcluyes. Ahí se produce una auténtica sangría de talento femenino”, reconocía Anna Gener, CEO Barcelona en Savills España, en un acto de graduación en ESIC Barcelona hace ahora seis años. Con ella y con otras destacadas profesionales, hablamos en este reportaje para conocer su experiencia como mujeres en ámbitos de decisión y su opinión sobre el liderazgo femenino. Junto a Anna Gener, dejan su testimonio en estas páginas Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB); Maria Àngels Cabasés, síndica de la Sindicatura de Cuentas de Catalunya; Marta Barrachina, CEO de ADmit Therapeutics; y Laura Carnicero, vicepresidenta ejecutiva de Personas y Organización de Seat.

Apasionada de su trabajo

Anna Gener es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Pompeu Fabra, además de postgrado de acceso al Registro Oficial de Auditores de Cuentas en el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Catalunya. Desde hace más de 20 años desarrolla cargos directivos en Savills España. De directora general durante más de 14 años pasó a CEO de la filial barcelonesa, posición que aún desempeña. “Me considero una apasionada de mi trabajo. En todos los años que llevo en Savills no he dejado de hacer cosas nuevas ni un solo día. Me siento muy afortunada”, reconoce. Sin embargo, a lo largo de estas dos décadas de esfuerzo ha habido momentos difíciles. Sin ir más lejos, la gran crisis económica, financiera y social del año 2008 supuso el mayor desafío de su vida profesional. “Acababa de ser nombrada directora general de nuestra filial en Barcelona. Me sentía totalmente sobrepasada”, admite. Se apoyó, entonces, en su equipo: “Pasar juntos una situación tan compleja nos unió y fortaleció. Creo que son algo así como las amarras de un barco dentro de mi organización. En el ámbito profesional, nos respetamos; en el personal nos tenemos afecto”.

El mundo de la empresa está esperando a las mujeres con los brazos abiertos.

Anna Gener

Para Anna Gener, el liderazgo del siglo XXI genera inteligencias colectivas, permitiendo gestionar las aportaciones de un equipo multidisciplinar. “Las mujeres nos sentimos mucho más cómodas con este tipo de liderazgo que con el tradicional, de tipo jerárquico. Tengo clarísimo que la fuerza de una organización se halla en un equipo de profesionales diverso y conectado entre sí. No concibo otra manera de enfocar mi trabajo”, afirma.

Madre también de familia, siente que la conciliación es un reto diario, aunque no una utopía. “No existe la fórmula perfecta. Pero en mi caso aplico la norma de la flexibilidad. Un día puedo llegar pronto a casa, pero también puedo trabajar una tarde de domingo”.

En cuanto a las mujeres que aspiran a roles profesionales destacados, Gener las invita a seguir perseverando: “El mundo de la empresa las está esperando con los brazos abiertos, porque necesitamos más mujeres en los ámbitos de decisión. Está claro que visualizar referentes femeninos inspirará a otras mujeres a llegar donde quieran”. Aun así, cree que también es necesario concienciar a las empresas de que la diversidad en sus cuadros directivos las hará más competitivas. “Debemos avanzar hacia una situación más equilibrada para tener una economía más fuerte y una sociedad más justa”, subraya.

Primera mujer en su cargo

Blanca Sorigué es licenciada en Turismo por la Universidad de Girona (UdG), máster en Dirección de Marketing por la Universidad Pompeu Fabra (UPF), programa de Dirección General (PDG) en IESE Business School y Digital Business Executive Program (ISDI). Sorigué es la primera directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, cargo al que accedió a principios del año 2018 tras haber desempeñado la dirección del Departamento de Expansión Internacional de la institución un año antes. “Ser la primera mujer en un cargo siempre es un reto y una responsabilidad al mismo tiempo. A lo largo de tu vida profesional cuentas con diferentes recursos: los que encuentras y los que te proponen. En mi caso, ambos coinciden. Nunca me planteé ser la directora general del Consorci, pero me lo propusieron y acepté. Todo lo que suponga un paso adelante profesional, es un reto personal al final”, afirma.

El hecho de que una mujer llegue a la alta dirección de un organismo público centenario, principal dinamizador del área metropolitana de Barcelona, se ha podido llegar a cuestionar, pero, en el fondo, como sostiene Sorigué, no deja de ser un tema cultural que deben afrontar mujeres y hombres. “Si una mujer ocupa un cargo, lo mantiene y sigue creciendo, significa que está preparada para ello. Es por eso por lo que debemos formarnos y prepararnos para afrontar los retos que nos apasionen, y tener la suficiente autoestima para hacer realidad nuestras metas, sin ponernos techos de cristal”.

Quiero que mis hijas sepan que el esfuerzo es importante, que persigan sus sueños.

Blanca Sorigué

Buena parte de la trayectoria de Sorigué ha estado ligada a la industria y la logística, ámbitos muy masculinizados. “Muchas veces, me he visto obligada a ser más valiente y demostrar mucho más que mis compañeros. Los cambios más significativos no llegarán sin una clara participación de hombres y mujeres en la lucha por la igualdad de género”, reconoce. Las cifras hablan por sí solas: un 55% de la plantilla del CZFB está formado por mujeres.

En su opinión, la igualdad de género en términos laborales exige eliminar barreras y promover políticas y medidas que fomenten la participación equitativa de las mujeres en todos los niveles y sectores profesionales. “Aunque hay avances en la presencia de mujeres en determinados campos, como los servicios de salud y cuidado de personas, aún persisten barreras que dificultan su acceso a trabajos más cualificados y puestos de dirección”. Darle la vuelta a esta situación, afirma, implica un compromiso por parte de las organizaciones y de la sociedad en su conjunto.

Por otra parte, como madre también, Sorigué asegura que intenta conciliar al máximo, y en su propósito educador, tiene claros los objetivos: “Quiero que mis hijas sepan que el esfuerzo es muy importante. Y que sean libres y persigan sus sueños, sin hacer caso de estereotipos de género”.

Por la transparencia pública

Maria Àngels Cabasés es doctora en Economía Aplicada por la Universitat de Lleida. En la facultad ha desempeñado diferentes cargos de gestión, entre los que destaca el de vicedecana, jefe de estudios y decana. También ha sido miembro de Esquerra Republicana de Catalunya durante años y, finalmente diputada en el Parlament, sustituyendo a Jordi Ausàs, durante el periodo 2008-2010. Desde febrero de 2022 es síndica de la Sindicatura de Cuentas de Catalunya y titular del Departamento Sectorial C. “Como órgano de control externo, formar parte de la Sindicatura de Cuentas es un reto. Tengo la responsabilidad de emitir informes que, bajo la más estricta objetividad, ayudan a lograr una administración más transparente y eficaz en la gestión de los fondos públicos” explica Cabasés de un cargo que ha asumido en un momento de madurez profesional.

A lo largo de su trayectoria como investigadora en el ámbito de las ciencias sociales ha podido analizar cómo incidían las políticas públicas en la ciudadanía. Y el hecho de haber militado dentro de un partido, le ha permitido conocer cómo se diseñan e implementan dichas políticas. “En mi posición actual, tengo la sensación de que cierro un círculo”, comenta.

Queda camino pendiente para normalizar que el liderazgo femenino es positivo.

Maria Àngels Cabasés

Uno de sus mayores desafíos ha consistido en compaginar la maternidad con la investigación. No es fácil investigar y obtener recursos, cualquier parón, por corto que sea, perjudica la carrera investigadora. Pero “gracias a las mejoras legislativas, hoy en día se tiene más en cuenta esta realidad”. Aun así, lamenta que el número de catedráticas, por ejemplo, sigue siendo todavía menor.

Esfuerzo, organización y pasión por el trabajo son básicos para el éxito profesional. Pero tan arduo a veces como conseguir el equilibrio en la vida personal. “Muchas veces tendemos a pensar que nuestra vida está marcada por el cuidado de nuestros hijos. Y nos olvidamos de que, a cierta edad, como sería mi caso, los padres forman parte también de nuestra responsabilidad”. Además, vive en Lleida y trabaja en la Sindicatura, con sede en Barcelona, lo que la obliga a ir de aquí para allá.

Asume en su condición de mujer “una manera más intuitiva y una visión más analítica” a la hora de afrontar las cuestiones profesionales. Lo que puede ayudar, por ejemplo, a entender mejor las problemáticas que puedan afectar a los miembros de un equipo.

Pero “queda camino pendiente para normalizar que el liderazgo femenino es positivo”, concluye, “se deben romper barreras”. Normalizar la maternidad, por ejemplo, que es un periodo que afecta a todos. Implementar mejores servicios sociales para fomentar la conciliación familiar y laboral. Entender que el liderazgo femenino aporta una visión más integral a la hora de abordar los problemas económicos y sociales”.

Innova en biomedicina

Marta Barrachina es licenciada en Bioquímica, además de doctorada en Inmunología, ambas por la Universitat de Barcelona. También posee un MBA cursado en La Salle BCN. Y a finales del año 2017, cofundó ADMIT Therapeutics junto a los neurólogos Ramón Reñé y Jordi Gascón del Hospital Universitario de Bellvitge y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge. Empresa que ha empezado a acaparar titulares tras desarrollar un test que identifica en una muestra de sangre la enfermedad de Alzheimer en sus etapas iniciales.

“Liderar este proyecto que inicié en mi laboratorio, trece años atrás, supone un reto impagable. Me ha permitido dirigir un equipo multidisciplinar, no sólo a nivel técnico y clínico, sino también con actores del ámbito legal, financiero y regulatorio. Además, tenemos la oportunidad de colaborar con equipos internacionales europeos, americanos y australianos”, afirma Barrachina, CEO y presidenta del consejo de administración de la empresa.

Espero que podamos construir una sociedad donde prevalga la meritocracia por encima del género.

Marta Barrachina

Dedicada en la práctica totalidad de su carrera profesional a la investigación biomédica reconoce haber experimentado “desafíos de todo tipo”. Si bien nunca los ha analizado desde un punto de vista de género. “Es importante estudiarlos de forma objetiva, plantándoles cara con personalidad, esfuerzo, constancia y resiliencia. Cuanto más tenaz seas, más fácil lo tendrás para lograr tus objetivos”, aconseja.

Pasar de directora de un proyecto de investigación a CEO de una compañía biotecnológica, la ha obligado a modelar su estilo de liderazgo. “Soy una persona empática, capaz de ponerme en la piel de los demás, pero a la vez muy ágil en la toma de decisiones. Me considero honesta y asertiva, porque es vital promover un buen ambiente de trabajo e importantísimo contar con un equipo comprometido y motivado”.

Como la mayoría de las mujeres que desempeñan cargos de responsabilidad, Barrachina tiene su propio método para conciliar vida laboral y familiar. “La clave está en la organización personal. Debes ser disciplinada, capaz de poner orden en ambas facetas. Solo así puedes disfrutar tanto de tu trabajo como de tu vida familiar”. Y reconoce: “Mi marido siempre me ha apoyado y animado en todo lo que he hecho. Ambos nos hemos organizado para poder conciliar”.

A todas las mujeres que aspiren a puestos directivos, les aconseja una buena formación. “Soy optimista acerca del futuro del liderazgo femenino. Cada vez, se visibiliza más el papel de la mujer en las diferentes áreas temáticas, poniendo en valor la labor de mujeres exitosas del pasado. Este mensaje empieza a calar en las escuelas de primaria, pero también en la sociedad en su conjunto. Espero que podamos construir, a corto plazo, una sociedad donde prevalga la meritocracia independientemente del género”.

Líder en un sector masculino

Laura Carnicero es doctora en Ingeniería Industrial por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Sus primeros pasos en el sector del automóvil se remontan al año 1999, tras su incorporación a Seat. Un año más tarde, se trasladó a la sede central del Grupo Volkswagen para unirse al equipo de investigación en soldadura láser. Y en 2001, regresó a Barcelona, donde inició una carrera de desarrollo interno en diferentes posiciones dentro de la empresa automovilística. Tras destacar en áreas técnicas como producción o planificación de producto, Carnicero dio un giro radical a su trayectoria profesional, a partir del año 2015. Se incorporó entonces al departamento de recursos humanos como responsable de Formación y Desarrollo de Seat, y desde julio de 2022, esta ingeniera industrial es la vicepresidenta ejecutiva de Personas y Organización. “Me considero una persona muy afortunada. Estamos liderando la mayor transformación organizativa y cultural en 74 años de historia empresarial”, afirma. “Además, me siento orgullosa”, continúa, “de ser la primera vicepresidenta en la historia de Seat”.

Trabajo en un sector tradicionalmente masculino, pero para mí los desafíos no tienen género.

Laura Carnicero

Con una experiencia de más de 25 años en la compañía, Laura Carnicero comparte su experiencia desmontando prejuicios: “Trabajo en un sector tradicionalmente masculino, aunque para mí los desafíos no tienen género. Empecé mi carrera en el área de producción, pues soy ingeniera de corazón, pero hace unos años me pasé a recursos humanos. Ese cambio supuso un gran reto al principio, pero hoy día me siento muy reconocida y respetada por mis compañeros de dirección”.

Se considera una persona cercana y honesta, con los pies en el suelo, y es partidaria de un liderazgo sencillo, accesible y empático. “No gobierno con mano de hierro. Mi manera de hacer las cosas es transparente”. Y como madre de dos hijos, tiene claro que su faceta personal completa a la profesional, y viceversa. “Es cuestión de saber priorizar, organizarse y ser productivo en cada momento”.

Que una mujer ostente un cargo de alta dirección en el sector automovilístico sigue siendo un hito en estos momentos. Hablamos de una de las industrias “tractoras” de la economía, muy masculinizada durante años. Por eso, Laura Carnicero rompe estereotipos y anima a las jóvenes hacia su sector y las carreras STEM. “Debido a prejuicios o estigmas del pasado que todavía persisten en nuestra sociedad, las mujeres no suelen plantearse estudiar carreras de ingeniería, a pesar de que suelen ser mejores en los estudios. Desde pequeños, deberíamos aprender que no hay trabajos de hombres o de mujeres, sino de personas. Insisto: hay mucho potencial en estos ámbitos”.

Por eso, espera que, con ejemplos como el suyo, se pueda demostrar que las cosas están cambiando, que hay grandes oportunidades de desarrollo en el sector del automóvil: “Empecé en producción y ahora formo parte del Comité Ejecutivo. Es algo que no habría podido imaginar años atrás. Puede que sea la primera mujer que se sienta en la mesa, pero no seré la última. Espero ver a las futuras generaciones establecerse en puestos de liderazgo también en el sector de la automoción”.

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