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Tendencias en el sector de las franquicias

La franquicia no inventa. Está atenta a las necesidades de los consumidores para innovar y crear conceptos de negocio adaptados a las cambiantes demandas del mercado.

Todo el mundo ha oído la palabra franquicia unas cuantas veces y todo el mundo ha comido, comprado o utilizado un servicio ofrecido por una empresa que ha crecido bajo el modelo de franquicia. Pero ¿sabemos qué es y cómo funciona? No es el tema de este artículo, pero creo que no está de más dar cuatro pinceladas rápidas para situar al lector. Hay muchas definiciones de este sistema económico pensado para crecer, pero me quedo con la primera definición de franquicia que oí hace dos décadas: se trata de la reproducción en serie de un modelo empresarial de éxito.

Es decir, si hemos creado un modelo de negocio en el que ofrecemos un determinado producto o servicio, con una relación de calidad-precio adecuada, con una imagen bien diseñada y con procesos operativos optimizados, y que nos funciona bien, entonces la segunda unidad, la tercera, la cuarta… deberían funcionar de forma similar si reproducimos el mismo patrón.

Todos los emprendedores sabemos que en el mundo de los negocios 2 y 2 no siempre suman 4 y que hay muchos imponderables que pueden variar la operatividad de nuestra empresa, pero creo firmemente que la principal razón por la que una empresa triunfa es porque hace bien las cosas y que aquellas que lamentablemente no van tan bien cometen o han cometido errores.

El mundo de la franquicia, como cualquier otro ámbito empresarial, está obligado a estar muy atento a los derroteros del mercado, a las novedades, a las oportunidades, a los cambios, en resumen, a las nuevas tendencias que provocan transformaciones susceptibles de hundir a líderes (¿recordáis Nokia?) o de encumbrar a las más atentas e innovadoras (caso de Glovo). Es más, me permito afirmar que se trata de un sistema empresarial muy dinámico, que a menudo va un paso o dos por delante de otras formas de negocio.

A grandes rasgos, solemos dividir el sector en tres grandes familias, dependiendo del tipo de servicio o producto que se comercializa. Así, diferenciamos entre negocios de retail, negocios de hostelería y restauración y aquellos otros basados en ofrecer servicios.

– En el primero, en retail, estarían englobados aquellos negocios que intermedian con productos en un espacio físico: ropa, alimentación, juguetes, decoración, etc.

– En hostelería se contempla cualquier concepto que ofrezca bebida, comida o alojamiento en cualquier formato, ya sea take away o con consumo en el local, esté más elaborado o menos.

– Por último, ofrecen servicios una gran cantidad de negocios de índole tan diversa como las agencias inmobiliarias, los centros de belleza o estética, las lavanderías, etc. Se trata de conceptos de negocio en los que la venta de producto es secundaria o inexistente, pues lo que compra el cliente es un servicio.

Eficiencia, diferenciación, innovación, especialización y buena gestión son algunas de las variables que suelen compartir las empresas de éxito, pero cada sector de actividad se encuentra ante retos distintos que trataré de describir.

– Empezando por el retail, es obvio que no es lo mismo vender alimentación, moda o electrodomésticos, por apuntar tres grandes familias, pero sí se pueden indicar las necesidades más comunes. La búsqueda de la proximidad con el cliente es la tendencia principal en las tiendas de nuestro entorno. Las grandes cadenas de alimentación son un buen ejemplo, virando de grandes hipermercados hacia supermercados de calle más pequeños, más numerosos y de horarios más amplios.

La ubicación es la otra gran variable. Sea en calles prime en el caso de las marcas punteras, sea en entornos propicios para nuestro target en negocios más especializados.

La especialización y la innovación constante también son variables indispensables, pero, a mi modo de ver, el retail es el ámbito menos comprometido en este sentido.

– La restauración, en cambio, sí tiene la especialización y la innovación como sus principales vectores. Indudablemente porque cuenta con problemas inherentes a su actividad y forma de consumo que obligan a los emprendedores a ser más imaginativos ante las dificultades y a estar más atentos a un consumidor ávido de novedades.

Si salís a cenar os daréis cuenta de que cada día encontramos nuevos conceptos, cada vez más especializados, más centrados en una tradición culinaria (venezolana en vez de latina o internacional, por ejemplo), solamente comida sana o vegana, o, incluso, en monoproducto (empanadas argentinas, por poner otro ejemplo de éxito).

La necesidad de especialización viene dada, entre otras razones, por la dificultad de comercializar conceptos de negocio con complejos procesos operativos. Los franquiciados prefieren invertir en negocios más sencillos, de gestión fácil, para lo que necesitarán personal menos cualificado y menos formación y apoyo. Por ello, muchas marcas organizan un sistema centralizado de suministro (con el producto casi listo para servir) para que la operativa diaria de cada local sea mínima.

Eficiencia, diferenciación, innovación, especialización y buena gestión son algunas de las variables que suelen compartir las empresas de éxito.

Hay que tener en cuenta, además, que la hostelería cuenta con horarios muy amplios, lo que dificulta la contratación de personal y el mantenimiento de plantillas estables. De ahí que también en el ámbito laboral hayan tenido que ser imaginativos buscando retribuciones variables, con mayores beneficios sociales u otros premios, además de tratar de reducir sus horarios o convertirlos en rotativos, pues la constante subida de sueldos no ha mitigado este problema.

– El sector servicios suele ser el más innovador, el que suele presentar conceptos de negocio más rupturistas que acaban creando tendencia (salones de manicura, por ejemplo) o muy especializados (construcción industrializada) o dándoles una vuelta a los tradicionales (profesionalizando las reformas o la limpieza).

Por tanto, la innovación y la imaginación para idear el negocio más idóneo atendiendo a las necesidades del mercado es la que suele llevarte al éxito (repaso para niños con dificultades en matemáticas, como caso paradigmático de éxito que aúna innovación y especialización).

El sector servicios, además, es el grupo que mayor número de empresarios de autoempleo concentra, pues las inversiones suelen ser más bajas y viven de la especialización del propio profesional o del equipo que tiene a su cargo. A menudo son los negocios más fáciles de gestionar, pero no por ello los menos rentables.

Como vemos en este artículo, la franquicia no inventa. Está atenta a las necesidades de los consumidores, para innovar y crear conceptos de negocio adaptados a las cambiantes demandas del mercado.

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