Ingeniera de telecomunicaciones, empresaria y, desde el 8 de marzo, primera presidenta de la Cambra de Comerç de Barcelona en 135 años de historia. Mònica Roca i Aparici, madre de tres hijos, ve oportunidades donde otros se quedan solo con las dificultades. “Esta crisis nos brinda la oportunidad de construir una economía más fuerte, a partir del conocimiento”, asegura. Con Roca, abiertamente independentista, analizamos en qué consistirá su mandato, a lo largo de los próximos dos años.
¿Cómo llega una exitosa ingeniera de telecomunicaciones a la Cambra de Barcelona?
De niña quería ser astronauta, y ese deseo ha guiado la mayoría de mis decisiones. Por ejemplo, tuvo mucho que ver para que estudiara ingeniería de telecomunicaciones y, ya licenciada, que fundara isardSAT. Pero otra de mis grandes pasiones es el cariño que siento por mi país, Catalunya. Cuando hubo la oportunidad de potenciar, a través de Eines de País, promovida por la ANC, el modelo económico que necesita Catalunya, no me lo pensé dos veces. En realidad, yo ya conocía la Cambra de Barcelona a través del Observatori Dona, Empresa i Economia.
¿Qué le seduce de presidirla?
Me seduce ver cómo se materializa el proyecto Catalunya 2030/40, que iniciamos en octubre del año 2019. Lo empezamos con mucha ilusión y, con el tiempo, hemos visto que la pandemia lo ha transformado y acelerado en muchos aspectos. El plan se divide en 15 ejes, la mayoría relacionados con la revolución digital del país. No hay duda de que la covid-19 ha convertido la transformación digital en un pilar imprescindible para la economía.
La primera mujer al frente del organismo.
Sinceramente, me sorprende que todavía debamos celebrar que una mujer lidere una institución económica de referencia como la Cambra de Comerç de Barcelona. Han transcurrido 135 años hasta que, finalmente, esto ha sido posible. Cuando me preguntan si supone un reto para mí ser la primera mujer que la preside, yo siempre les digo: “Para mí, el desafío es ser presidenta de la Cambra”. De todas maneras, creo que este es un proyecto común, de todo el equipo. Al final, cada uno aporta unos conocimientos y una forma concreta de trabajar.
¿Qué obra hereda de Joan Canadell, su antecesor en esta presidencia paritaria?
Joan Canadell ha dejado un legado indiscutible y, sin duda alguna, es mi referente de cara a esta nueva etapa. Desde Eines de País queremos transformar el modelo económico de Catalunya, apostando por el conocimiento, la tecnología y el talento. Me gustaría añadir mi semilla a esa transformación.
Dos años de presidencia no dan para mucho. ¿O sí?
Espero que sí. Cuando acabe el mandato, tengo la esperanza de que la Llei de Cambres sea una realidad. Además, me gustaría ver puestos los cimientos de este modelo económico basado en el conocimiento.
La mayor representatividad que obtendrían las cámaras de comercio y su financiación pública son dos de los escollos para desencallarla.
Cierto. Pero la aprobación de la Llei de Cambres está entre mis prioridades, y es una obligación por parte del gobierno catalán. Si tenemos una ley que nos ampara, podremos ayudar más a las empresas. Nos debemos al tejido empresarial, y más en la actualidad, ya que está muy afectado por los efectos de la covid-19.
¿Mejorará con usted la relación con las patronales Foment, y en especial Pimec, enrarecida con su antecesor? ¿Se ha reunido con alguna de ellas para intercambiar puntos de vista?
He mantenido contacto con ambas patronales. En concreto, me he reunido varias veces con Foment para tratar diferentes temas. Creo que ahora, más que nunca, debemos encontrar una manera de encajar. Las empresas nos necesitan para salir de la crisis estructural que ha dejado la pandemia. La Cambra y las patronales tenemos un trabajo descomunal entre manos. Es cierto que existen diferencias entre nosotros: nuestro objetivo es cualquier compañía en su totalidad; mientras que las patronales se deben a sus patrones. En estos momentos, creo que existe la obligación de trabajar, codo con codo, por el bien de la economía.
Se ha hablado de politización del organismo, que la Cambra tiene un signo marcadamente soberanista con Canadell y usted al frente. Más allá del debate, ¿de qué manera saldrían beneficiadas las empresas con esta nueva línea?
Cada día hacemos política, incluso cuando cenamos con nuestros hijos. Es verdad que somos una candidatura independentista: pienso que las empresas catalanas vivirían mejor si fuéramos un estado independiente. Pero no hemos venido a eso, sino a trabajar para todas ellas, sea cual sea la ideología. Y por supuesto, para hacer crecer nuestro país.
¿Y las empresas que marcharon de Catalunya? ¿Qué piensan hacer para que vuelvan?
En realidad, las empresas no se han ido de Catalunya, sino que han trasladado sus sedes sociales. Antes me preguntabas si había politizado la Cambra; ahora te puedo responder que esto sí fue hacer política. De momento, no tenemos un plan específico para que vuelvan, aunque algunas han mostrado su predisposición a un posible regreso. Si se da el caso, y nos lo piden, las vamos a ayudar.
La crisis generada por la covid se ha llevado por delante a más de 20.000 empresas en Catalunya. Miles de negocios han desaparecido y otros muchos no se van a salvar. ¿Qué piensan hacer al respecto?
La realidad no es optimista. Según nuestras previsiones tardaremos más de dos años en recuperar el nivel precrisis. Sin embargo, esta coyuntura también nos brinda la oportunidad de comenzar un cambio de paradigma. Es decir, que demos los primeros pasos para construir una economía más fuerte, basada en el conocimiento. Ahora es el momento de que los gobiernos se endeuden y ayuden, de verdad, al sector empresarial. En un principio, podrían rescatarlo y posteriormente reforzar sus modelos de negocio a partir de la línea que proponemos.
Lograr un modelo económico basado en el conocimiento y la tecnología es el mantra de todo organismo o empresa que se precie. También por parte de la Cambra. En dos años, ¿cómo sabrá que ha avanzado en ese camino? ¿De qué forma piensa conseguirlo?
En mi opinión, ahora mismo es más evidente y fácil avanzar en este sentido, dado que la pandemia ha revelado todas las debilidades de nuestro sistema. Somos un país que no ha apostado por la economía a largo plazo, sino que nos hemos limitado a asegurarnos dinero a corto plazo. En el polo contrario, yo citaría a los países que en menos de nueve meses han lanzado al mercado una vacuna para frenar el contagio del coronavirus. Eso ha sido posible porque estos países han invertido en conocimiento e investigación. Desde la Cambra estamos trabajando para ser uno de ellos: hemos abierto el Hub Cambra Digital y creado el Centre Blockchain de Catalunya, además de colaboraren la estrategia de New Space de Catalunya junto a la Generalitat, entre otros. Queremos transformar nuestro modelo de economía frágil en uno que genere una sociedad más justa y con talento.
El turismo ha sido uno de los sectores más perjudicados por la crisis. ¿Cómo empezar a reactivarlo?
En la Cambra acabamos de activar un proyecto que puede beneficiar, de inmediato, a este sector. Se trata del estudio clínico Obrir Girona, con el que se quiere probar la eficacia de un pase digital covid-free. El estudio clínico arrancó el día de Sant Jordi con cenas en seis restaurantes de la ciudad, a las que han seguido más iniciativas. Como el concierto del pasado 17 de abril en la Basílica de la Mercè, y otros tantos. El objetivo es llevar a cabo una reapertura, segura y controlada, de aquellas actividades y eventos que la pandemia ha truncado.
Hace 15 años fundó la empresa isardSAT, proveedora de servicios y soluciones dentro del campo de la Observación de la Tierra. ¿Qué impronta puede dejar su conocimiento de este tema tan capital en la Cambra?
Uno de los objetivos de isardSAT es contribuir, desde el espacio, a hacer frente al cambio climático. La sostenibilidad es uno de los mayores desafíos en el ámbito económico y, actualmente, ya es una realidad ineludible. Además, hemos colaborado directamente con la Generalitat en la elaboración del plan estratégico NewSpace en Catalunya, al que me he referido antes. Un plan en el que la Cambra tiene un papel relevante como único representante del sector privado. Creemos en la colaboración público-privada para hacer efectivas las iniciativas. NewSpace es un ejemplo de ello.
En su opinión, como emprendedora y primera mujer al frente de la Cambra, ¿por qué es tan difícil conseguir la paridad en instituciones económicas de este nivel?
Creo que soy realista cuando aseguro que nuestra sociedad está muy lejos de la paridad. Así lo demuestran los estudios anuales del Observatori Dona Empresa Economia de la Cambra. Estoy convencida de que un modelo social y económico donde la educación, el conocimiento y los valores sean la base, puede revertir estas desigualdades. No se trata de querer imponer un papel que no nos corresponde: está claro que nos debemos guiar por los méritos. El problema es que, a pesar de contar con estos méritos, no hemos tenido esta oportunidad. Las reglas del juego han sido diseñadas por el género masculino y debemos darle la vuelta.
Pensando en el empresariado catalán, ¿qué le pide al próximo Govern de Catalunya? Desde el punto de vista económico, ¿prevé cambios?
Quizás mi punto fuerte, y la huella que quiero dejar, es el modelo del conocimiento hacia donde debe caminar Catalunya. No estamos luchando únicamente contra la crisis sanitaria, también nos enfrentamos al cambio climático y, en definitiva, a todos esos cambios consecuencia de los abusos del estado del bienestar. Debemos educarnos para encarar los retos globales. Al nuevo gobierno de la Generalitat le pediría fortaleza y capacidad para entenderse entre sí. Que priorice, entre sus objetivos, una reactivación económica en torno al conocimiento, la innovación, el talento y la sostenibilidad.