Cataluña Económica

Edit Content

Revista

Suscripciones

Metaverso, ¿más de lo mismo?

En terrenos como el ocio, la formación o el marketing tienen un potencial enorme, esperando que genere un mercado de 800.000 millones de dólares en 2024.

Eran las palabras de Mark Zuckerberg, durante la apertura de la conferencia anual de su compañía, la jornada en la que dio a conocer su nueva apuesta estratégica: el metaverso: “Piensa en el metaverso como en un internet encarnado en el cual, en vez de ver solo contenido, estás dentro de él”.

Y con su anuncio ha conseguido que la palabra “metaverso” nos acompañe en nuestro día a día, presente en toda conversación sobre tecnología o tendencias de futuro. No obstante, también es cierto que, a pesar de sus esfuerzos, todavía son muy pocos los que entienden bien lo que es y se preguntan, entre otras cosas, si no es una réplica de viejos proyectos como Second Life, hasta hace muy poco enterrados en el olvido…

Por todo ello, empezaremos por el principio, por las definiciones. El metaverso es un nuevo universo digital, la evolución del internet que hoy conocemos y de las redes sociales. Es un espacio en el que podemos tener una identidad digital completa (nuestro avatar), y relacionarnos, interactuar y disfrutar con él. Además, podemos hacerlo sin las limitaciones físicas o económicas del mundo real, encontrándose la gran diferencia respecto a tecnologías anteriores en la forma de hacerlo. Ahora son experiencias inmersivas de alto impacto sensorial. Y, por cierto, no hay un único metaverso, hay numerosas iniciativas desarrollando plataformas de este tipo, aunque hay que reconocer que ha sido el anuncio de Zuckerberg el que ha conseguido ponerlas en el punto de mira. Dicho esto: ¿en qué se diferencia este nuevo mundo del famoso Second Life?

Second Life es, en pocas palabras, una “comunidad virtual” lanzada en junio de 2003. Es un juego multijugador social desarrollado por Linden Lab, una compañía de tecnología estadounidense que comenzó su andadura en el desarrollo de hardware capaz de habilitar experiencias plenamente inmersivas en 360 grados. Sin embargo, la dificultad de cumplir con esta misión, dado el estado en ese momento de la tecnología, dio pronto paso a un cambio de estrategia, posicionando el nuevo rumbo en el desarrollo de software.

De esta forma, pasó a centrar la actividad en el desarrollo de una plataforma para la diversión y socialización en 3D en línea, un proyecto que acabaría convirtiéndose en un videojuego que permitía a un usuario “vivir” una vida virtual paralela. Y aunque lo cierto es que nunca llegó a colmar las expectativas de negocio esperadas por sus fundadores, también lo es que socialmente fue un gran éxito. Formó parte incluso del argumento de distintos episodios de series tan conocidas en televisión como CSI: NY y The Office. De hecho, hoy el juego sigue activo y quién sabe si con el anuncio de Zuckerberg habrá llegado su segunda oportunidad.

El tiempo lo dirá y, hasta entonces, centremos la atención en la gran diferencia. En Second Life los residentes podían relacionarse, disfrutar e incluso ganar dinero, llegando a convertirse para algunos de ellos en su fuente de ingresos principal. Y… ¿no es cierto que esto mismo es lo que sucede ahora con las redes sociales? Para la gran mayoría son una fuente de información, comunicación y entretenimiento, mientras que para unos pocos es una forma de obtener un rendimiento económico.

Por esa razón, la gran diferencia está para muchos en las emociones y sensaciones que podríamos llegar a sentir en este nuevo mundo, en los metaversos, al tratarse de una plataforma desarrollada con la última tecnología en realidad virtual, aumentada y mixta, siendo capaz de generar experiencias tan inmersivas que sean imposibles de olvidar. Es decir, es lo que hubiera querido Second Life, pero se adelantó 20 años en el tiempo, y en terrenos como el ocio, la formación o el marketing tienen un potencial enorme, esperando que genere un mercado de 800.000 millones de dólares en 2024.

Dicho esto: ¿será Zuckerberg quien consiga liderar este nuevo universo compuesto de distintos metaversos? ¿O serán sus competidores, empresas como Microsoft, NVIDIA o Epic Games, compañías que dedican su tiempo y presupuestos a proyectos como estos? ¡La suerte está echada!

Comparte este artículo