Merece la pena adentrarse en el mundo de las ‘fintech’ y empezar a utilizar estas herramientas para una gestión más sencilla de nuestras finanzas.
La tecnología está transformando en profundidad todos los sectores de la economía, y la industria financiera no es ajena a esta fuerte transformación. Vemos que distintas tecnologías (inteligencia artificial, ciencia de datos, internet de las cosas o el blockchain) están innovando en el sector de las finanzas, provocando tanto la mejora de procesos internos y de la experiencia de usuario en las entidades tradicionales como la irrupción de nuevos entrantes, como las fintech, las bigtech o las empresas de telecomunicaciones.
Una de las áreas que con mayor intensidad está siendo transformada dentro de la industria financiera es la del sector de la inversión y la gestión de patrimonio. Esta actividad, una de las fundamentales en el sector financiero, ha visto como la tecnología está modificándola, de tal manera que han surgido una larga lista de innovaciones dentro de la banca pero sobre todo fuera de ella, en las llamadas fintech, empresas que combinan las finanzas con la tecnología.
Así pues, han surgido en esta última década toda clase de aplicaciones de móvil, plataformas online y herramientas de software destinadas a mejorar la gestión de las inversiones, tanto para el pequeño ahorrador como para instituciones de inversión, pasando por los asesores financieros y los gestores de carteras. Las innovaciones en este sector abarcan toda su cadena de valor, desde conseguir un mejor entendimiento de nuestras finanzas personales, pasando por aplicaciones que permiten democratizar la inversión (dando acceso a activos hasta ahora reservados a grandes fortunas y dotando de una mayor transparencia y disminución de costes un sector muchas veces opaco y caro), y llegando finalmente a propuestas tan innovadoras y disruptivas como el mundo de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas.
Podemos construir un patrimonio financiero sólido, diversificado y rentable, gracias al uso de estas aplicaciones y herramientas.
Las fintech que proporcionan nuevas herramientas de inversión tienen una serie de características comunes: en primer lugar, acostumbran a enfocarse a un solo producto o servicio, que desarrollan de forma excelente gracias a esta alta especialización; en segundo lugar, están centrados en el cliente y en satisfacer sus necesidades, dando una propuesta de valor diferenciada respecto a la banca tradicional y una ventaja en cuanto a menores costes y mejor experiencia de usuario; por último, pero no menos importante, utilizan la tecnología como vector principal de diferenciación. Tecnologías como la inteligencia artificial, el big data, las APIs o el blockchain son desarrolladas por las fintech para ser más ágiles, más baratas u ofrecer una experiencia notablemente superior.
Como hemos comentado, hay fintech dedicadas al mundo de la inversión que facilitan la tarea de los asesores financieros y de los gestores de la industria de la inversión, pero donde sin duda podemos ver más en primera persona el efecto innovador de estas propuestas es en aquellas aplicaciones donde podemos ser nosotros los clientes. Estas aplicaciones son las que se explican en mi libro Fintech: ahorro e inversión en la era financiera digital (LID Editorial), en donde desgrano como podemos construir un patrimonio financiero sólido, diversificado y rentable, gracias al uso de aplicaciones y herramientas fintech.
Así pues, como ahorradores e inversores que queremos mejorar nuestras finanzas y generar un patrimonio financiero a largo plazo, podemos seguir los siguientes pasos con la ayuda de las fintech:
- 1. Entender nuestra estructura de gastos y por donde podemos ahorrar: existen aplicaciones como Fintonic que nos agregan toda la información de nuestras distintas cuentas bancarias y nos categorizan las partidas de gastos, recomendándonos pautas de consumo y maneras de reducir algunos gastos relevantes como la energía, los seguros o la telefonía.
- 2. Lograr adquirir un hábito de ahorro sistemático: este hábito cuesta mucho de adquirir con la mera voluntad y de nuevo tenemos aplicaciones de fintech que nos ayudan a este ahorro sistemático, estableciendo objetivos y métodos de ahorro sencillos. Goin, Arbor o Plum son buenas aplicaciones que nos harán el sacrificio del ahorro de forma más llevadera.
- 3. Crear un fondo de emergencia: es el primer objetivo que vamos a tener, ya que disponer de una cantidad ahorrada equivalente a entre seis y doce meses de ingresos nos dará la tranquilidad ante cualquier eventualidad que podamos sufrir, y podremos a partir de aquí invertir en activos de más riesgo, pero a la vez mayor rentabilidad a largo plazo.
- 4. Los roboadvisors: deberían ser el principal destino de nuestra inversión a largo plazo. Son aplicaciones que, de forma sencilla, realizan un perfil de riesgo del inversor según un cuestionario, y conforman una cartera muy diversificada de fondos indexados que replican la rentabilidad del mercado global de renta variable (acciones) y renta fija (bonos). La inversión constante en roboadvisors como Indexa, Inbestme, Finizens, Finanbest o Myinvestor nos dará una rentabilidad a largo plazo superior a una cartera de fondos bancarios, básicamente gracias a los inferiores costes de gestión, que se traducen al cabo de los años en un patrimonio considerablemente superior.
- 5. Incrementar la diversificación con inversiones alternativas: las fintech dan acceso a activos hasta hace poco tiempo reservados solo a grandes fortunas. Por ejemplo, para la inversión inmobiliaria existen plataformas de crowdfunding inmobiliario como Stockcrowdin o Urbanitae, que dan acceso a este mercado a partir de importes muy pequeños. El oro y otros metales preciosos pueden adquirirse también en pequeños importes con plataformas como Bullion Vault. La inversión en startups puede realizarse con plataformas de crowdfunding de inversión, como Crowdcube, entre otras. O podemos también prestar dinero a particulares y empresas con las plataformas de crowdlending, como Mintos u October, por poner solo dos ejemplos de una larga lista.
- 6. Probar con un mínimo importe las criptomonedas: por último, podemos también considerar invertir una muy pequeña parte en este nuevo mundo financiero que está naciendo, que son las finanzas descentralizadas y las criptomonedas. Tanto el bitcoin como el ethereum ya han demostrado su validez tecnológica, y a ellas le siguen otras criptomonedas. Muchas desaparecerán por lo que hay que invertir solo aquello que no nos importe perder. La inversión en este activo no debería ser superior a un 1-2% de nuestro patrimonio financiero y siempre en aplicaciones conocidas como Cinbase, Binance o las españolas Bit2me o 2gether.
Sin duda, merece la pena adentrarse en el mundo de las fintech y empezar a utilizar estas herramientas para una gestión más sencilla de nuestras finanzas y la creación de un patrimonio financiero diversificado, rentable y sólido a largo plazo.