El 5G tiene que ser compañero necesario en el proceso de transformación empresarial, fundamentalmente para las pymes, a las que hay que prestar especial atención.
El Covid-19 nos está dejando un escenario inédito, con una economía golpeada por la crisis sanitaria: un contexto en el cual el sector de las telecomunicaciones debe ser uno de los pilares en los que se ha de apoyar la recuperación del país, sobre todo por su rápida capacidad de adaptación a las nuevas necesidades. De hecho, junto al despliegue de fibra, la tecnología 5G es el principal driver para la competitividad de nuestra economía. ¿Por qué? Porque cuenta con el potencial suficiente para transformar múltiples sectores económicos y puede y debe ser uno de los catalizadores de esa reactivación tan necesaria.
Y es que el 5G está ya revolucionando tanto nuestra vida cotidiana como multitud de aspectos empresariales y está llamado por tanto a construir un nuevo marco para la prestación de servicios basado en la total digitalización de gran parte de las actividades económicas. Una revolución digital que no puede dejar atrás a ningún sector y donde las compañías tecnológicas tenemos mucho que aportar. Contamos además con las herramientas para ofrecer una respuesta rápida al desafío al que nos enfrentamos. Es por ello por lo que desde Vodafone apostamos por el 5G como el elemento esencial que nos va a permitir superar los retos que tenemos por delante, implementando una red que paulatinamente se va desplegando por España tras el pistoletazo de salida de hace un año y que brinda precisamente esas oportunidades de recuperación y transformación para todos los actores que conforman nuestra economía.
De hecho, Catalunya fue una de las primeras regiones en implementar la red 5G y gracias a ello, desde Vodafone estamos trabajando desde hace meses con la Fundación Mobile World Capital, 5G Barcelona, la Fundació i2Cat, y la Generalitat entre otros actores, en el despliegue de diferentes casos de uso 5G y de corredores que permitan aprovechar al máximo esta nueva tecnología. Así, Barcelona se ha convertido en una de las ciudades con mayor número de pilotos 5G en diferentes sectores.
Una muestra fehaciente del potencial para el desarrollo económico que tiene el 5G es la prueba piloto ‘5G Maritime’, un proyecto que llevamos a cabo en el Port de Barcelona y que permitirá la geoposición exacta y en tiempo real de embarcaciones. El 5G es clave para optimizar la gestión del tráfico marítimo, mejorando la seguridad y la sostenibilidad gracias a una completa información de los barcos, de su situación y de las actuaciones de los diferentes servicios portuarios.
Debemos seguir trabajando para impulsar fórmulas de colaboración público-privada que nos permitan acelerar los despliegues de red, los casos de uso 5G y en general seguir maximizando las oportunidades de digitalización en todos los ámbitos: el 5G tiene que ser uno de los revulsivos de nuestra economía a corto, medio y largo plazo. Será un compañero necesario en el proceso de transformación de las empresas, fundamentalmente a las pymes, que conforman la mayor parte del tejido empresarial y hay que prestarles especial atención. Ahora más que nunca necesitan apoyo para que encaren esta crisis de la mejor forma posible y en los últimos meses se ha comprobado que las empresas que invierten en servicios digitales han resistido mejor. Es fundamental apoyarlas para lograr esa recuperación de nuestra economía. La pandemia ha sido un acelerador y debemos tomar nota y enfocarlo como una oportunidad para convertirnos en los catalizadores de ese cambio, con la tecnología 5G como la llave para abrir la puerta a un futuro mejor.