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La tecnología cuántica será clave

La tecnología cuántica supone uno de esos cambios de paradigma que seguro traerá en los próximos años grandes innovaciones en productos y en servicios.

Hemos de aceptar que la innovación es “incómoda” y en su esencia requiere asumir un cierto factor de riesgo. El cambio tecnológico que estamos viviendo y lo que es más importante, su velocidad, es continuo y las organizaciones deben estar preparadas para adaptarse a las innovaciones, ya que solo así podrán garantizarse un futuro exitoso.

Y eso es lo que ocurre con la tecnología cuántica, que supone uno de esos cambios de paradigma que seguro traerá en los próximos años grandes innovaciones en productos y en servicios, que van a transformar de forma exponencial nuestra concepción del mundo.

La tecnología cuántica es una rama de la física que estudia los principios de la mecánica cuántica, es decir, la física de las partículas atómicas y subatómicas. Es un trabalenguas que lleva entre nosotros más de 50 años y que sin darnos cuenta ya lo usamos diariamente en nuestros teléfonos inteligentes, ya que sus semiconductores usan la física cuántica.

El 20% de las organizaciones espera aumentar sus inversiones en esta tecnología durante el próximo año.

¿Y por qué ahora se habla tanto de la tecnología cuántica? La principal razón es que medio siglo después están apareciendo nuevas aplicaciones prácticas de las tecnologías cuánticas gracias a los avances en ingeniería, que están siendo capaces de optimizar el aprovechamiento de la mecánica cuántica, con técnicas que controlan el entrelazamiento cuántico y la superposición cuántica, con lo que se consiguen mejoras muy significativas para una amplia gama de dispositivos cotidianos, que incluyen sistemas de comunicaciones más seguras, imágenes más precisas y, sin duda, unas tecnologías de la información más potentes.

¿Qué es lo que hace tan interesante la tecnología cuántica? Principalmente, dos elementos: el entrelazamiento cuántico, que ofrece enormes oportunidades en el campo de la seguridad en las comunicaciones, por ejemplo, ya que es posible cifrarlas a través de claves cuánticas, y la superposición cuántica, que permite cálculos simultáneos y paralelos a velocidades increíblemente rápidos.

Y en este contexto revolucionario, ¿qué aplicaciones en concreto podría tener la tecnología cuántica?

Comunicaciones y criptografía, que podría abordar los nuevos requisitos de seguridad de la información, en particular para asegurar el intercambio de información con agentes externos, proteger la infraestructura crítica (IoT y tecnologías habilitadas para el Cloud) dentro de las organizaciones o asegurar los centros de datos en el Cloud. Ya se están implementando soluciones criptográficas cuánticas. Sin embargo, el 58% de las organizaciones que trabajan en cuántica está esperando a que surjan estándares antes de priorizar la seguridad cuántica.

Supercomputación, con las que lograr computadoras más potentes y rápidas en la búsqueda de la llamada “supremacía cuántica”, cuyo objetivo final es desarrollar computadoras cuánticas que puedan resolver problemas muy complejos que son prácticamente irresolubles para las computadoras clásicas.

Sensores, imágenes y medición cuántica, capaces de producir herramientas de detección e imagen de alta precisión. Resultarán clave para el futuro de la industria, ya que son imprescindibles para acelerar la precisión de las mediciones, sobre todo en los sectores de la sanidad y el diagnóstico, la defensa, la automoción, la ingeniería civil, la construcción, el petróleo y el gas, el espacio y las telecomunicaciones.

Simulación para investigación y desarrollo, donde se abre una enorme oportunidad para ejecutar simulaciones virtuales en lugar de investigaciones y experimentos físicos, en sectores como el sanitario y la industria, que conduzcan a avances más rápidos y de mayor volumen de impacto.

Aunque aún estamos en etapas emergentes del desarrollo de esta tecnología disruptiva, y son aún muchas las incertidumbres sobre el impacto de su aplicación comercial a corto plazo, considerando los enormes avances que se han producido en la carrera en cuántica en los últimos años, debemos ser optimistas ante el enorme campo de oportunidades que nos ofrece.

Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Capgemini revela que casi una cuarta parte de las organizaciones (23%) está trabajando (o planea trabajar) en el aprovechamiento de las tecnologías cuánticas con el objetivo de desarrollar al menos una aplicación comercial importante en los próximos tres a cinco años. Además, el 20% de las organizaciones espera aumentar sus inversiones en esta tecnología durante el próximo año. Si bien hasta ahora la mayor parte de las investigaciones en tecnologías cuánticas se ha llevado a cabo en los entornos científicos, cada vez hay una mayor permeabilidad hacia las aplicaciones del mundo real. Entre las organizaciones que trabajan en cuántica, más del 50% ha identificado casos de uso relevantes y el 20% ya se encuentra en la fase de implementación.

Estos avances exponenciales y su carácter disruptivo hacen de este campo de conocimiento un foco de singular interés para la industria en un contexto en donde la tecnología cobra cada vez más protagonismo para resolver los enormes retos económicos, sociales y medioambientales, que como sociedad tenemos por delante.

En Capgemini creemos que el futuro de la industria es inteligente, y que van a desatarse oleadas de innovación en dimensiones como las operaciones, los productos y sistemas y los servicios de soporte. Una industria que además de ganar la batalla de la competitividad, debe dar respuesta a los grandes retos de transición energética que como sociedad nos hemos marcado alineados con los objetivos de la Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible. En ese marco estamos explorando aplicaciones industriales y definiendo demostradores de las tecnologías cuánticas relacionadas con la sensorización de muy alta resolución y las comunicaciones extraseguras.

La supremacía cuántica otorga la supremacía en inteligencia artificial. En los próximos años, la capacidad de procesar de forma ultrarápida y ultra segura a ingentes cantidades de datos orquestados será clave para el futuro de la industria.

Otra enorme área de gran interés es el de las aplicaciones sanitarias y sociosanitarias, y en especial para la detección temprana y para la prevención de enfermedades y situaciones de vulnerabilidad. Problemas que hace años requerían meses o años enteros para ser resueltos, ahora tan solo serán cuestión de segundos. La posibilidad de disponer de sensores, dispositivos, algoritmos y capacidad de procesado a través de la computación cuántica resulta clave para detectar de manera temprana enfermedades, definir tratamientos eficaces y mejorar la calidad de vida de las personas.

Estamos ante uno de esos cambios de paradigma que requiere de apuestas ambiciosas, sólidas y valientes. Conscientes de la importancia de esta tecnología, estamos trabajando en fortalecer nuestro ecosistema de innovación. Convencidos de que, solo estrechando la cooperación entre los diferentes actores relevantes de innovación, universidades, centros tecnológicos y startups, podremos obtener los ambiciosos resultados que nos hemos fijado alrededor de esta tecnología que está llamada a cambiar nuestro futuro.

El futuro es para los que lo sueñan.

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