La empresa de distribución alimentaria cuenta con dos comités científicos, uno en España y otro en Portugal, para garantizar la excelencia y aptitud de sus productos.
En una sociedad donde la seguridad alimentaria y la calidad del producto son fundamentales, compañías como Mercadona toman un papel protagonista para garantizar el cumplimiento de los estándares más exclusivos del mercado. Para ello, la cadena de supermercados cuenta con un Comité Científico Consultivo de alto nivel para garantizar la aptitud y disposición tanto de los productos alimentarios como cosméticos. Se trata de dos equipos, por su tipología, únicos en España y Portugal, compuesto por catedráticos especializados en nutrición, biotecnología, sanidad vegetal y animal, microbiología, toxicología y cosmética, todos ellos relacionados con los comestibles y los productos de maquillaje y cosmetología.
Pilar Vinardell, catedrática de Fisiología en la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universitat de Barcelona (UB), es una de sus integrantes. En su caso, articula la misión de Mercadona de asegurar la calidad y fiabilidad en sus artículos de cosmética. “Con estas herramientas no solo buscamos confirmar la eficiencia de los productos que vende la empresa, sino que profundizamos en cerciorarnos de que todos los aspectos relacionados con la seguridad sean rigurosamente evaluados”. Según la experta, que ha formado parte del Comité Científico de Seguridad de los Consumidores en Bruselas para determinar la aptitud de los productos que llegaban al viejo continente, “este enfoque proactivo incluye desde el etiquetado detallado hasta evaluaciones regulares para garantizar que las alergias y otras reacciones adversas sean mínimas”.
A nivel europeo, cuenta Vinardell, “en cosmética, hay listados muy claros de lo que puede utilizarse y lo que no, pero también existen muchos productos que se importan de los Estados Unidos que pueden contar con elementos que aquí no estén permitidos. En este sentido, hasta ahora no ha habido ninguna emergencia, pero el carácter preventivo de esta junta tiene una gran importancia para evitar situaciones de riesgo”.
La frecuencia de reunión es de, como mínimo, dos veces al año. El último encuentro se produjo en Valencia, en las instalaciones del Centro Tecnológico AINIA, donde los comités científicos de España y Portugal se congregron para discutir sobre las últimas novedades legislativas y de producto de estos dos países. En estos comités no solo se abordan las prácticas actuales, sino también cómo la aplicación de avances tecnológicos puede mejorar la producción de alimentos de alta calidad, el impacto de la alimentación en la salud y las estrategias para afrontar desafíos emergentes como el cambio climático.
José Juan Rodríguez Jerez, catedrático de seguridad alimentaria dentro del área de Nutrición y Bromatología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), es otro de los integrantes del comité, que cumple 21 años de existencia y cuenta con 17 miembros. Sus áreas de investigación están relacionadas con la gestión del riesgo, así como detección de microorganismos en los alimentos, formación de biofilms, detección y control. “Gracias a la existencia del Comité Científico Consultivo se refuerza la importancia de la evaluación continua y el asesoramiento científico para mitigar cualquier riesgo potencial. El compromiso de la compañía con la mejora continua es evidente en su enfoque para trasladar altos estándares de seguridad a toda su cadena de suministro, beneficiando no solo a la empresa sino a todo el sector agroalimentario”.
Un compromiso ético y moral
La seguridad alimentaria, según el experto, “va más allá de ser un requisito, se trata de un compromiso ético que Mercadona y sus asesores científicos llevan muy en serio”. Esto se explica, destaca, al asegurarse de que “cada producto no solo cumple con las normativas vigentes, sino que también responde a las expectativas de los consumidores”. De este modo, la compañía “no solo se posiciona como líder en el mercado, sino que también establece un modelo a seguir para la industria en general”.
Rodríguez Jerez también destaca la importancia de que Mercadona cuente con un grupo tan efectivo y adaptable. “La estructura de los comités permite una reacción ágil y efectiva ante cualquier eventualidad. La capacidad de convocar reuniones según las necesidades y la constante comunicación entre sus miembros garantizan que cualquier señal de alerta sea rápidamente gestionada, asegurando así la seguridad y la confianza de los clientes”.
La seguridad alimentaria va más allá de ser un requisito, se trata de un compromiso ético tanto para la cadena de supermercados como para sus asesores científicos.
A pesar de que los encuentros fijos son cada seis meses, los miembros de estos comités mantienen un contacto periódico entre ellos para adelantarse a las novedades que puedan llegar al sector. “Semanalmente, intercambiamos mensajes y correos electrónicos sobre noticias recientes que pueden ser de interés para los productos con los que trabaja la empresa. Eso nos ayuda a mantenernos actualizados sobre las últimas novedades y poder asesorar con el conocimiento más preciso posible”. En estos momentos, según el experto en seguridad alimentaria, España cuenta “con los alimentos más seguros de la historia”.
“Además de abordar crisis potenciales, el enfoque preventivo del comité ayuda a Mercadona a enfrentar y anticiparse a los desafíos del futuro. Esto incluye la incorporación de nuevos ingredientes y la adaptación a tendencias como los alimentos ecológicos y veganos, y el uso de tecnologías emergentes como la edición genética CRISPR para desarrollar productos que respondan a necesidades específicas del mercado. Poder discutir y reflexionar sobre todas estas tendencias, algunas de las cuales ni siquiera han llegado al mercado todavía, permite que, la empresa pueda garantizar su desembarco con total seguridad, calidad y excelencia cuando llegue el momento”, concluye el catedrático de seguridad alimentaria de la UAB.