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Los catalanes ante el emprendimiento

La intención de emprender de los catalanes, a pesar de ser alta en el contexto español, continúa teniendo un claro margen de mejora de cara al futuro.

Catalunya continúa liderando la actividad emprendedora en España con una TEA (Total Early Stage Entrepreneurial Activity) del 6,9%. La evolución futura de dicha tasa dependerá, fundamentalmente, del nivel de emprendimiento potencial que exista en la sociedad, siendo la intención de crear una empresa un factor importante para identificar dicho nivel.

Por lo tanto, es relevante conocer de qué depende la intensidad con la que se manifiesta dicha intención de emprender. En buena medida, está determinada por la valoración social de la actividad emprendedora, la valoración personal de oportunidades y de aptitudes para emprender y la valoración de las condiciones del entorno. A continuación, se analizarán detalladamente estos tres aspectos de acuerdo con los datos del proyecto GEM Catalunya 2022/2023.

Valores, percepciones y aptitudes

La percepción de la sociedad hacia la función empresarial depende de:

a) En qué grado en una determinada sociedad el éxito de un nuevo negocio supone mejorar el prestigio y reconocimiento social del emprendedor, así como su estatus económico.

b) En qué grado se considera que poner en marcha un negocio es una opción profesional atractiva.

c) En qué grado en los medios de comunicación aparecen noticias sobre negocios y/o empresarios de éxito (y éticos).

Así pues, un primer factor a considerar es si el éxito de una nueva empresa está asociado a un alto nivel de estatus social y económico para el emprendedor. De hecho, el prestigio y el reconocimiento social vinculado a la iniciativa emprendedora suele actuar también como un factor de motivación relevante a la hora de valorar la oportunidad y los costes de convertirse en empresario. En Catalunya, un 55% de los encuestados considera que emprender otorga estatus social y económico. Este porcentaje está por debajo de la media de los países de altos ingresos de la UE (70%) y de la de los países de altos ingresos a nivel mundial (78%). Esta inferior valoración social de la función empresarial, además de por valores socioculturales (más acusados desde el Movimiento 15-M), puede deberse a la motivación por necesidad que impulsa la creación de muchas empresas en Catalunya y España, lo que resulta en que un porcentaje elevado de las empresas establecidas tiendan a ser principalmente una forma de autoempleo (42% en Catalunya en 2022).

Como segundo factor condicionante consideramos hasta qué punto la población declara que ser emprendedor es una buena opción profesional. Un 50% de los catalanes lo considera, porcentaje que supera en tres puntos a la media española (47%), pero inferior al de los países de la UE de altos ingresos (61%) y al de los países de altos ingresos (64%).

De forma similar, el porcentaje de personas adultas en Catalunya que considera que se difunden noticias positivas sobre el emprendimiento en los medios de comunicación es del 50%, que, de nuevo, está ligeramente por encima de la media española (47%); y, en cambio, por debajo de la media UE (69%) y mundial (72%).

Percepción de oportunidades y de aptitudes

A continuación, examinaremos las percepciones individuales que suelen tener mayor relevancia al considerar la decisión de crear una empresa:

a) La percepción de que existen buenas oportunidades para iniciar una actividad empresarial en los próximos seis meses.

b) La percepción que uno ha de poseer las habilidades y conocimientos necesarios para crear y gestionar una empresa.

c) El grado de conocimiento que uno tiene de otros empresarios y modelos de referencia.

d) El miedo al fracaso como freno a la creación de empresas.

La identificación de oportunidades en el entorno, susceptibles de ser aprovechadas mediante la creación de una nueva empresa, ha sido considerada tradicionalmente como el punto de partida habitual del proceso emprendedor. De hecho, la existencia de oportunidades brinda una idea del contexto, ya sea favorable o desfavorable, en el que se desarrolla el emprendimiento. Un 26% de los adultos catalanes percibe buenas oportunidades para emprender, misma cifra que en España, pero la mitad de la media de países de altos ingresos (50% en UE y 53% en el resto del mundo).

Un 47% de los catalanes considera tener las habilidades requeridas para emprender, un valor idéntico al de la media española (47%), siendo en los países europeos sólo dos puntos superior (49%) y cinco en el resto del mundo (52%).

La visibilidad de experiencias, el hecho de tener ejemplos reales y cercanos facilita la observación del comportamiento de otros emprendedores, el aprendizaje a través de sus experiencias y contar con un modelo de referencia al embarcarse en la creación de una empresa. Además, el conocimiento de otros emprendedores aumenta el capital relacional del potencial emprendedor y puede ayudar a obtener recursos dentro de sus redes. Asimismo, la presencia de personas en la red social que hayan creado o gestionen su propia empresa puede influir en la deseabilidad de emprender y la credibilidad del nuevo proyecto empresarial. Por eso es relevante la existencia de modelos de referencia. El 43% de los encuestados en Catalunya afirma tener conocimiento de otros emprendedores, valor ligeramente superior a la media española (41%), pero inferior al de la UE (50%) y del resto del mundo (51%).

Tradicionalmente, el temor al fracaso se ha visto como un factor individual que inhibe la intención de emprender. En muchos países hay poca separación entre el riesgo personal y el riesgo del negocio, lo que significa que, si el negocio fracasa, el emprendedor puede enfrentar un estigma. Este estigma suele ser más pronunciado en entornos donde el emprendimiento no forma parte de la cultura social, lo que lleva a las personas a evitar situaciones de riesgo. Respecto al miedo al fracaso, un 57% de la población adulta catalana manifiesta que este factor supone un obstáculo para emprender, valor similar al de España (58%), pero superior a la media europea (48%) y mundial (46%).

Un 57% de la población catalana adulta manifiesta que el miedo al fracaso supone un obstáculo para emprender.

En síntesis, tanto la valoración social del emprendimiento como las percepciones sobre las habilidades emprendedoras son algo más altas en Catalunya en comparación con España, pero están por debajo de los niveles alcanzados en los países europeos y de altos ingresos.

¿Qué opinan los expertos?

La opinión de los expertos en el proyecto GEM se sintetiza en el Índice de Contexto de Emprendimiento Nacional (NECI), en el que Catalunya obtiene un aprobado (5,0), igual que Europa (5,1) y superior a España (4,0).

Respecto a los factores que componen el índice anterior, el que ha recibido una puntuación menor es la educación y formación emprendedora en la etapa escolar (3,8). Para los expertos es una de las áreas de mejora prioritarias, aunque sus efectos sean a largo plazo, al incidir en los valores, percepciones y aptitudes emprendedoras de la población catalana más joven que, como se ha visto en apartados anteriores, son una de las limitaciones para el desarrollo deseable de la función empresarial.

Por ese motivo, consideramos relevante destacar y visualizar iniciativas como CuEmE “Cultura Emprenedora a l’Escola” de la Diputación de Barcelona, que deben mantenerse y potenciarse. En este programa, que va por su edición número 13, participan más de 11.000 alumnos, con 2.900 proyectos de emprendimiento realizados en las diferentes ediciones, 292 escuelas, 60 entes locales y 113 municipios. Los alumnos del ciclo superior de primaria, a través de la creación y gestión de una cooperativa escolar, trabajan de manera transversal las competencias emprendedoras, poniendo las bases para ser posibles futuros emprendedores. Por ejemplo, en esta edición 2023-2024, la temática central que se trabaja es la curiosidad como motor de aprendizaje y de iniciativa emprendedora.

La intención de emprender

En este contexto, una vez revisados los factores que condicionan la intención de emprender de la población catalana, el porcentaje de personas que espera emprender en los próximos 3 años en Catalunya se sitúa en el 9,9%, mientras que en Barcelona alcanza el 10,4%. En ambos casos, hay un incremento significativo respecto al año anterior: 2,4 puntos en Barcelona y 1,4 puntos en Catalunya. Es decir, se ha mejorado notablemente la cantera de futuros emprendedores.

Si comparamos estos resultados con los de los países de altos ingresos, se observa que la intención de emprender en la UE y, sobre todo, a nivel mundial alcanza unos niveles mucho más altos: 15,0% y 20,7%, respectivamente. Esto significa que se sitúan aproximadamente entre cinco y diez puntos porcentuales por encima de los niveles de Catalunya y España (9,4%).

Por lo tanto, la intención de emprender de los catalanes, a pesar de ser alta en el contexto español, continúa teniendo un claro margen de mejora de cara al futuro, habiéndose apuntado en los apartados anteriores algunos de los factores principales sobre los que se tendría que incidir para mejorar la tasa de emprendedores potenciales y, por tanto, la iniciativa emprendedora futura.

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