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Robots de servicio en turismo y hostelería

El futuro del turismo no es un dilema entre humanos o máquinas, sino un camino compartido donde la tecnología aligera la carga y las personas aportan hospitalidad.

El turismo es uno de los sectores más intensivos en mano de obra. Cada sonrisa en la recepción, cada bandeja servida en el restaurante y cada habitación limpia depende del esfuerzo humano. Sin embargo, en los últimos años la hostelería española se enfrenta a un reto cada vez más complejo: el absentismo laboral. Un problema silencioso que erosiona la rentabilidad de los negocios, aumenta la presión sobre los equipos y compromete la experiencia del cliente.

Pero toda crisis es también una oportunidad. La tecnología, y en particular los robots de servicio, está emergiendo como una solución que no pretende sustituir a las personas, sino liberarles de las tareas más pesadas y repetitivas.

El problema del absentismo

Las cifras hablan por sí solas. En zonas turísticas como Baleares, la tasa de absentismo en hostelería ya supera el 12-14 % (Hosteltur, 2025). En Barcelona, el Gremio de Hoteles reconoce que el absentismo ha pasado del 4-5 % hasta situarse en el 8-9 % (El País, 2025). En la Costa del Sol, según la patronal Aehcos, se ha incrementado del 3,5 % en 2002 al 8,5 % actual, llegando en verano al 12-14 % (Hosteltur, 2025). Y en Madrid, algunas cadenas han reportado cifras de hasta el 17 % (Hosteltur, 2025).

Este fenómeno tiene un triple impacto:

– Económico: incrementa los costes para la empresa, tanto en sustituciones como en pérdida de productividad.

– Operativo: obliga a los equipos a reorganizarse, lo que muchas veces repercute en la calidad del servicio.

– Humano: genera sobrecarga física y emocional para los trabajadores que permanecen activos, aumentando el riesgo de nuevas bajas.

Conviene subrayar que la mayoría de estas ausencias son justificadas. El trabajo en hostelería es físicamente exigente, con horarios intensos y repetición de movimientos que provocan lesiones musculoesqueléticas, además de estrés y agotamiento. Culpar al trabajador no es la solución: lo necesario es repensar cómo organizamos el trabajo y cómo cuidamos a las personas que forman el corazón del turismo.

Tecnología como aliada

En este contexto aparecen los robots de servicio. Se trata de dispositivos autónomos diseñados para realizar tareas concretas, especialmente aquellas que son repetitivas, logísticas o pesadas.

En el ámbito hotelero ya encontramos varias tipologías:

– Robots de entrega en planta, que llevan desayunos, amenities o pedidos de room service directamente a la habitación.

– Robots de limpieza, capaces de fregar suelos o aspirar alfombras de zonas comunes.

– Robots de atención básica, que saludan a los clientes, gestionan check-in simples o informan sobre servicios del hotel.

La clave no es la sustitución, sino la complementariedad. El robot no tiene la calidez humana que caracteriza a la hospitalidad, pero sí la capacidad de asumir la parte mecánica del trabajo. De esta forma, el personal puede dedicar su energía a lo que realmente genera valor: la interacción con el cliente, la resolución de incidencias y la creación de experiencias memorables.

Casos de impacto

Los beneficios no son teóricos, están respaldados por datos. Un estudio realizado en Meliá Hotels mostró que la introducción de cuatro robots de servicio suponía un ahorro de 33 minutos diarios por camarero, además de evitar la manipulación de 167 kilogramos al día (Hosteltur, 2023). Estas cargas repetitivas son precisamente una de las principales causas de lesiones en hostelería.

En Baleares, donde el absentismo laboral es especialmente alto, algunos establecimientos ya han implementado robots para aliviar al personal de pisos y de restauración. En la Costa del Sol, cadenas hoteleras han empezado a utilizarlos en temporada alta para mantener la calidad del servicio incluso cuando las bajas médicas se disparan.

La tecnología está emergiendo como una solución que no pretende sustituir a las personas, sino liberarles de las tareas más pesadas y repetitivas.

Más allá del ahorro operativo, los hoteles destacan una mejora en el clima laboral: los empleados sienten menos fatiga física, disponen de más tiempo para atender al cliente y perciben que la empresa se preocupa por su bienestar. Esto refuerza la retención de talento en un sector caracterizado por la alta rotación.

El papel del emprendedor

Detrás de esta tendencia también hay historias inspiradoras. Un buen ejemplo es la de Daniel Socias Florit, joven mallorquín y antiguo alumno del grado en Digital Business de La Salle (URL), donde tuve la oportunidad de ser su profesora de eBusiness en aquellos años. A sus 23 años, Daniel es CEO de Wiongo Robotics, empresa especializada en robots de servicio para hostelería.

Lo interesante es que su propuesta va más allá de “vender robots”. Daniel ha entendido el problema estructural del absentismo y lo aborda con una solución integral: robots que se integran con la domótica del edificio, capaces de llamar al ascensor o avisar a recepción sin intervención humana. Además, ha cerrado acuerdos con bancos para facilitar la financiación y ha lanzado un modelo de negocio innovador: robot-as-a-service. Es decir, el hotel paga por uso, sin necesidad de realizar grandes inversiones iniciales.

Este enfoque combina visión tecnológica, sensibilidad hacia el sector y capacidad estratégica. Y demuestra que el turismo español tiene una nueva generación de emprendedores capaces de transformar los problemas en oportunidades.

Futuro del turismo con robots

La tendencia apunta a que los robots de servicio se integrarán cada vez más con otras tecnologías. Ya hoy utilizan sensores LiDAR para mapear espacios y moverse de forma autónoma. En pocos años, veremos hoteles donde los robots estén conectados con asistentes virtuales multilingües, sistemas de inteligencia artificial capaces de personalizar la experiencia y plataformas de gestión integral que optimicen cada interacción.

El futuro no será un hotel deshumanizado, sino un ecosistema de hospitalidad aumentada: robots que cargan maletas o sirven cafés, mientras los empleados se concentran en conversar con el cliente, resolver dudas y crear experiencias únicas.

Si 2025 ha sido el año de los agentes de IA, los próximos años serán sin duda los de los robots autónomos con inteligencia artificial, que pasarán de ser curiosidad para convertirse en parte esencial de la operativa turística.

Quizás pronto, al llamar a recepción, quien te responda sea un asistente virtual integrado con un robot que envía toallas a tu habitación. ¿Lo verías como un servicio frío o como una comodidad sin fricciones? Esa será la conversación del sector en los próximos años.

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