Comodidad y rapidez. Son las bases que rigen actualmente la última milla, que, gracias a la rápida expansión del ‘ecommerce’, vive sus mejores momentos.
La pandemia de la Covid-19 ha acelerado aún más esta parte de la logística, el tramo final del envío antes de llegar a su destino. Con desafíos a cumplir como la seguridad, la sostenibilidad y la descongestión en los repartos, ¿qué tendencias se plantea a partir de ahora? Más actores, más tecnología, más operadores y servicios. La última milla ha cambiado en un tiempo récord.
“Antes se englobaba dentro del servicio normal de distribución de retail, y sólo supermercados y grandes tiendas de departamentos incluían este servicio como parte clave de su cadena logística, pero hoy es fundamental para todo tipo de comercios. Se ha pasado de simple proveedor a partner estratégico”. Así describen este fenómeno desde el comparador de ofertas de transporte urgente Upela.
Y con el coronavirus, todo ello se ha disparado. Las medidas de contención en España provocaron, según Nielsen, un aumento de más de un 50% en la venta online de productos de gran consumo durante las dos primeras semanas. A lo largo de las semanas en que estuvo vigente el estado de alarma, la actividad de Seur se incrementó de una manera exponencial, registrando niveles de campaña como en Black Friday o en Navidad. “Nos hemos adaptado en tiempo récord, tanto a nivel tecnológico como operativo”, nos comentan desde la empresa. De hecho, en el verano, según comentan, sus volúmenes de actividad han continuado por encima de lo habitual en esta época.
El caso de Glovo Iberia, “aliado estratégico” de comercios y restaurantes que han podido continuar con su actividad gracias al reparto a domicilio, también es significativo, tal como señala Diego Nouet, su general manager, “testigo” de haber visto un crecimiento del negocio de hasta un 330%.
Responsables de Upela.com tienen una explicación sencilla para este fenómeno, y es que, con la pandemia, los comerciantes de barrio se han lanzado a vender en plataformas P2P, marketplace o incluso a través de redes sociales. “Es la primera fase de transición de comercio de barrio a ecommerce, donde los comerciantes tradicionales tienen mucho que ganar y aprender”, afirman. Como consecuencia, ha habido un aumento evidente de actores en el reparto de la última milla.
“En Glovo empezamos como recaderos, como un servicio que te traía lo que quisieras y con el paso del tiempo y con la experiencia adquirida en el mercado fuimos creando categorías y ampliando servicios”, remarca Diego Nouet. Han observado cómo los pequeños negocios locales han vencido las reticencias a la digitalización, y así, durante el estado de alarma, duplicaron las altas de nuevos restaurantes, sumaron acuerdos con supermercados y crearon alianzas para la venta de productos, por ejemplo con el sector de parafarmacia y la federación de asociaciones de pescaderías de España (Fedepesca).
Si bien muchos clientes volverán a la compra física cuando la pandemia se estabilice, los especialistas auguran que este aumento de la demanda se mantendrá en el tiempo. Un estudio de EAE reconoce que el canal online deberá reforzarse y mejorar sus capacidades de logística y manipulación de producto ante el crecimiento continuado en muchas de sus categorías, y prevé que el volumen actual se doble en los próximos tres años.
Todos ello supone retos como la reducción de los plazos de entrega, así como la flexibilización de horarios y posibilidades de recogida. En Correos Express lo tienen claro: la última milla es la piedra angular para resolver esta eficiencia necesaria en la distribución urbana. “La cada vez mayor concentración de pedidos a domicilio, tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales, conlleva que las empresas de paquetería invirtamos cada vez más recursos en I+D+i”, afirma David Barrero Molino, su director de Operaciones.
Miquel Serracanta, director de los Masters Supply Chain EAE Business School, propone un replanteamiento del modelo económico de muchas ciudades y regiones, para el que los diversos actores sociales y económicos que entran en juego pueden aportar ideas y soluciones de futuro (cámaras de comercio, ayuntamientos, sindicatos…). En su opinión, “no hay que esperar a que haya directrices ni regulaciones desde ningún gobierno, sino que hay que proponer proactivamente líneas de trabajo que ataquen directamente las causas raíces de estos problemas”.
Ante la posible congestión que supone el crecimiento de la última milla, Jordi Damià, socio director de Setesca, propone diversas soluciones. El uso de parkings públicos como almacenes de distribución de ultra corta distancia es una de ellas. O la unificación de empresas de última milla, que haría disminuir el número vehículos. “Es de suponer que los ayuntamientos regularán el tema”, afirma.
En Upela hablan de microhubs, una solución cada vez más extendida en el sector del retail, en donde tiendas o locales son utilizados de almacén para la gestión logística de esos pedidos de última milla, un servicio con el que ya cuentan gran parte de las operadoras. Un ejemplo son los Amazon Hub Lockers, taquillas inteligentes de autoservicio donde el cliente puede recoger su pedido de forma rápida, sencilla y segura en la hora y lugar que mejor le convenga.
El reto de la sostenibilidad
Todas las empresas que operan en los sectores de la logística y el transporte necesitan encontrar una manera de ser más sostenibles. Por eso, la inversión de las empresas en la mejora de la eficiencia y la reducción del consumo energético de sus flotas de vehículos es, según DBK, tendencia de la última milla.
“En Amazon, tenemos el compromiso de reducir nuestra huella de carbono, logrando la neutralidad en las emisiones para el año 2040, una década antes del Acuerdo de París”, avanza Paolo Patrone, director de Amazon Logistics en España. “Estamos dando prioridad a la incorporación de vehículos eléctricos para construir la flota de transporte más sostenible del mundo”. Y así, la compañía ha encargado a Rivian 100.000 nuevas furgonetas eléctricas de reparto, listas en la carretera en 2030.
También en el caso de Correos Express, las rutas ecológicas y el reparto sostenible mediante la incorporación de vehículos eléctricos y bicicletas son las medidas para llevar a cabo una actividad lo más respetuosa posible con el entorno.
Y en Seur, las bicicletas eléctricas son parte esencial de sus hubs urbanos en su estrategia de movilidad sostenible, pero también los llamados andarines, repartidores a pie en los núcleos urbanos “que permiten acortar las rutas y respetar las restricciones de tráfico, además de ser 100% limpios”.
Lo que viene: robots, ‘big data’…
Para hacer frente a esta gran demanda, los actores de la última milla utilizan los últimos recursos tecnológicos. El big data y el machine learning entran de lleno en la logística porque permiten realizar previsiones de producción.
Más allá de la rapidez, la misión de Correos Express es entregar el paquete en el momento justo en que el destinatario lo necesita. David Barrero Molino, su director de Operaciones, da a conocer un Sistema de Gestión Dinámica de Reparto que “permite geoposicionar la mercancía”, y así optimizan los envíos y las recogidas. Mejorando la trazabilidad, ofrecen la ruta más eficiente y logran aumentar la capacidad de reparto.
En Amazon, y gracias a la combinación de tecnología e infraestructura logística, como los robots de reparto automatizados o los drones de entrega, aceleran las entregas a los clientes, “pasando de dos días a una hora”, destaca Paolo Patrone, director de Amazon Logistics en España.
En Seur aplican una herramienta desarrollada en colaboración con Piperlab, que ajusta la operativa a las variaciones de volúmenes que se producen durante la semana y en las campañas más importantes del año como Navidad. Y en Glovo han desarrollado una inteligencia artificial que, a través del algoritmo Jarvis, reduce los tiempos de espera de los repartidores, las distancias de los pedidos y analiza todas las variables de la ciudad.