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Innovar en cuidados para vivir mejor

Con recursos públicos limitados y escasez de personal especializado, la innovación tecnológica se perfila como una herramienta clave para ofrecer soluciones sostenibles.

Cada vez vivimos más tiempo. Este fenómeno es especialmente notable en países como España, donde en pocos años, habrá muchas personas dependientes y pocos recursos, materiales y asistentes para atenderlas. En este contexto, la economía de los cuidados adquiere una relevancia creciente y se sitúa en el centro de las prioridades sociales y económicas. ¿Cómo puede contribuir la innovación en este ámbito? ¿Y cómo afrontar los desafíos que se avecinan?

El informe “Perspectivas de la Población Mundial 2024, de las Naciones Unidas, revela que la población mayor de 65 años está creciendo a mayor ritmo que cualquier otro grupo de edad. Se estima que el porcentaje global de personas en este tramo pasará del 10% en 2022 al 16% en 2050. En España, uno de los países más longevos del mundo junto a Japón, se prevé que el 35% de la población tendrá más de 65 años en apenas tres décadas. En Barcelona, esta tendencia ya es visible: el 21% de sus habitantes supera esa edad y una de cada cinco personas mayores vive sola.

Esto refleja un gran desafío en el ámbito de la atención a la dependencia, no solo en un futuro próximo, sino ya en el presente. Para Sandra Ezquerra, directora de la Càtedra UNESCO Dones, Desenvolupament i Cultures y profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Salud Comunitaria en la Universitat de Vic, el envejecimiento demográfico plantea una situación paradójica: “Es altamente positivo que vivamos más años, pero también aumenta la probabilidad de que una mayor parte de esa vida transcurra con necesidades de apoyo, acompañamiento comunitario y atención sanitaria especializada”.

Según Ezquerra, existe un riesgo real de que la calidad de vida y la autonomía funcional disminuyan en un periodo más amplio de la trayectoria vital. Y si, además, un número creciente de personas debe dedicar tiempo a cuidar de familiares mayores, el horizonte se complica aún más. Con recursos públicos limitados y escasez de personal especializado, la innovación tecnológica se perfila como una herramienta clave para ofrecer soluciones sostenibles.

Para Ezquerra, las soluciones tecnológicas y los servicios clave en los próximos años deben orientarse a garantizar que las personas mayores puedan seguir viviendo en sus hogares y comunidades todo el tiempo que deseen. En ese marco, destaca la necesidad de impulsar con fuerza la figura del asistente personal. “La tecnología debe estar al servicio de este modelo de cuidados, ayudando a garantizar su sostenibilidad sin deshumanizar las relaciones de atención”, sostiene. Así, el afecto, el respeto, el acompañamiento y la calidez deben seguir siendo principios irrenunciables en el diseño y la prestación de los cuidados, independientemente de los avances tecnológicos.

En esta línea se orientan las recientes innovaciones dirigidas a personas mayores y dependientes.

Teleasistencia avanzada

En España, donde más de dos millones de personas mayores viven solas, “la tecnología, combinada con el factor humano, es imprescindible para seguir ofreciendo una asistencia social y sanitaria de calidad”, según Ángel Puertas, alumni del MBA de la UOC y cofundador y CEO de SeniorDomo.

Puertas, ganador del SpinUOC en 2019 –el programa de emprendimiento de la Universitat Oberta de Catalunya–, impulsó la creación de SeniorDomo, una start-up con inversión de la UOC. La idea nació a raíz de una experiencia personal: “Cuando mi padre pasó por una enfermedad grave –tuvo ELA y falleció poco tiempo después del diagnóstico en 2016–, vi de primera mano la escasez de soluciones que promovieran la autonomía personal y cómo los servicios públicos eran insuficientes, sin llegar a toda la población y usando, en muchos casos, tecnología de los años 90”, relata.

Esa vivencia fue un punto de inflexión. Dejó su empleo, invirtió sus ahorros y puso en marcha SeniorDomo con el objetivo de acercar la tecnología a las personas mayores de forma asequible. La solución que ofrece permite a las familias disponer de un servicio de teleasistencia avanzada, operativo 24 horas y desde cualquier lugar, a través de un reloj de protección conectado con una red de emergencias atendida por profesionales sociosanitarios especializados en personas mayores y dependientes. “Detecta caídas, alteraciones en el pulso, desorientación, entre otros incidentes, y se activa de forma inmediata en coordinación con el 112”, explica.

A diferencia de la teleasistencia tradicional, que requiere que la persona pulse un botón para pedir ayuda, el sistema de SeniorDomo funciona de manera proactiva: si detecta una situación de riesgo, alerta automáticamente a los servicios de emergencia. Actualmente, cerca de 6.000 familias utilizan esta tecnología, principalmente en España (80%), pero también en Italia y Francia.

Puertas destaca que quienes más demandan este tipo de soluciones pertenecen a la llamada “generación sándwich”: adultos que trabajan, cuidan de sus hijos y también de sus padres. “Necesitan apoyo –señala–, y en este caso, la tecnología es la herramienta que les permite llegar a todo”.

Odontología móvil

Los servicios odontológicos han sido históricamente relegados en la planificación del sistema sanitario. Sin embargo, a medida que envejecemos, las dolencias bucodentales se vuelven más frecuentes. Para democratizar el acceso a estos cuidados, la empresa Lura Care ofrece servicios móviles de odontología, audiología y óptica, especializados en la atención a personas dependientes o con movilidad reducida.

Su principal perfil de paciente vive en residencias o es usuario de centros de día. “Por sus limitaciones de autonomía, muchas de estas personas no pueden desplazarse a un centro sanitario para recibir la atención que necesitan y acaban desatendidas”, explica Sergi Comas, cofundador y CEO de la empresa.

El equipo de profesionales se traslada directamente a los centros, donde atiende a los pacientes en su entorno habitual. Utilizan equipos móviles homologados y, además, apuestan por la prevención, realizando revisiones bucodentales gratuitas a los residentes y usuarios de los centros con los que colaboran.

Entre sus objetivos está la expansión internacional. Ya operan en Italia y el Reino Unido, y planean llegar a países como Alemania y Francia. Su meta a cinco años es ofrecer cobertura sanitaria a más de dos millones de personas en Europa.

Ducha conectada

El momento de la ducha debería ser sinónimo de bienestar, privacidad y autonomía. Sin embargo, para muchas personas con dependencia, movilidad reducida o discapacidad, puede convertirse en una experiencia estresante, e incluso humillante. Ante esta realidad, los responsables de Showee Smart Wellness se plantearon una pregunta clave: ¿y si repensáramos la ducha desde cero y desde un punto de vista tecnológico?

La respuesta fue el desarrollo de la primera ducha inteligente, inclusiva y conectada, concebida para facilitar la higiene personal de personas con diversidad funcional, al tiempo que mejora su autonomía y calidad de vida. El dispositivo también está diseñado para aliviar la carga de trabajo de las personas cuidadoras.

La economía de los cuidados se ha convertido en un eje estratégico, no solo por generar cerca del 5% del PIB, sino porque es una necesidad.

El sistema incorpora tecnología de asistencia, control por voz, mecanismos de seguridad y múltiples opciones de personalización, lo que permite adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario. Su objetivo es claro: que cualquier persona pueda ducharse de forma cómoda, segura y digna, sin necesidad de asistencia directa, salvo cuando sea estrictamente necesario.

“Colaboramos con profesionales del ámbito sociosanitario para identificar los principales retos a resolver. Diseñamos un primer prototipo y lo validamos en residencias y centros asistenciales”, explican desde la empresa. La buena acogida del producto en estos entornos marcó el camino hacia su comercialización.

En los trastornos cognitivos

En Catalunya, más del 50% de las personas mayores que viven solas –unas 350.000– experimentan algún grado de soledad. En este contexto, la tecnología se perfila como aliada para ofrecer compañía y cuidados en el hogar. Un ejemplo es Serenia, una solución basada en inteligencia artificial que acompaña, entretiene y permite detectar de forma temprana posibles problemas de salud cognitiva o emocional en personas mayores.

Presentada en Fira Gran, en Barcelona, Ernest Companys, responsable del proyecto, explica: “Ayuda a mitigar la soledad no deseada y, si los usuarios interactúan con la tecnología, su software puede llegar a identificar indicios de deterioro cognitivo o afecciones como ansiedad, estrés o demencia”. La herramienta emite alertas dirigidas al propio usuario o a sus familiares para facilitar una intervención oportuna.

Desafíos en el sector

El gran reto social y sanitario de los próximos años es, sin duda, el envejecimiento de la población. En este contexto, la innovación no solo acompaña, sino que resulta imprescindible para avanzar. Para la administración, la economía de los cuidados se ha convertido en un eje estratégico a desarrollar, “ya no solo porque genera cerca del 5% del PIB, sino porque es una necesidad. Si no se hace bien, las personas mayores no tendrán cuidados de calidad. Realmente es una preocupación y se está poniendo el foco en ello para cambiar las cosas”, destaca Ángel Puertas, de SeniorDomo.

Los expertos coinciden en que estamos ante una economía en transformación, la de mayor crecimiento. La profesora Sandra Ezquerra es tajante: la economía de los cuidados debe ocupar el centro de nuestras prioridades. La experta defiende la necesidad de garantizar que las personas podamos cuidar y ser cuidadas en mejores condiciones, lo que exige, entre otras medidas, una reducción significativa del tiempo dedicado al trabajo remunerado y una profunda revisión de los principios que rigen el sistema económico actual.

Desde Showee, observan este escenario no solo como una oportunidad, donde la tecnología juega un papel pionero, sino también como una responsabilidad: “Hay que innovar para garantizar derechos, no solo para hacer crecer un mercado. Esta economía es presente, y especialmente, futuro. No se trata solo de cuidar, sino de cuidar bien, con calidad y con respeto”.

Los retos del cuidado pasan ahora por una necesaria combinación de políticas públicas e inversiones privadas, como reflejan algunos de los ejemplos ya en marcha. Ángel Puertas detalla uno de los obstáculos actuales: se siguen licitando contratos públicos en los que la tecnología de referencia es obsoleta. “Para avanzar, lo primero es conseguir ‘evangelizar’ a la administración pública para que, al elaborar licitaciones y pliegos, conozcan mejor las tecnologías disponibles y puedan solicitarlas”, explica.

El problema es global. Los cuidados trascienden la dimensión sanitaria: apenas el 10% de las necesidades de cuidado que tiene la sociedad son cubiertas por los sistemas formales de salud y atención, mientras que el resto recae en los entornos familiares y comunitarios. Ezquerra considera imprescindible impulsar una política pública decidida, respaldada por una inversión significativa, que promueva modelos de vivienda colectiva a pequeña escala, dotados de servicios públicos de atención integrada y centrada en la persona.

“Si el envejecimiento demográfico no va acompañado de un firme compromiso de las administraciones públicas y del tejido comunitario para apoyar y sostener las crecientes necesidades de cuidados, puede romperse el frágil equilibrio que actualmente permite compatibilizar las distintas esferas de la vida”.

Puertas subraya también el valor de la prevención, mucho más económica que intervenir cuando el problema ya está presente. “Además del alto coste que supone contar con una persona dedicada exclusivamente al cuidado de otra”, afirma. Para el experto, es necesario hibridar el modelo: “Avanzar hacia uno en el que la tecnología esté presente de forma parcial y, en momentos clave del día, intervengan personas, permitiendo así distribuir los recursos de manera óptima entre toda la población”.

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