A raíz de la pandemia del coronavirus, la figura del sanitario ha cobrado importancia. Según datos de Adecco, los enfermeros son los segundos perfiles más demandados en la actualidad, ya que los hospitales de todo el mundo continúan luchando contra la pandemia y necesitan sanitarios. Además, muchos hospitales tienen dificultades financieras a medida que se postergan los procedimientos, pero los sistemas de atención médica aún tienen una gran necesidad de médicos de primera línea. Aunque reconoce que es una profesión “cansada”, y más en los tiempos actuales, Ana García Álvarez, Jefa de Servicio de Cardiología del Hospital Clínic de Barcelona e investigadora en IDIBAPS (Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer) y CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), opina que ser médico es algo maravilloso, que, aunque mal pagado, compensa a la hora de ayudar a los demás. Nos explica más sobre su profesión en esta entrevista.
¿Por qué se especializó en cardiología?
Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de mortalidad en el mundo y una de las primeras causas de cronicidad. Si bien hemos experimentado avances extraordinarios en su diagnóstico y tratamiento gracias a la investigación, siempre muy prolífica en este campo, queda mucho por descubrir y eso me motivó. Además, la cardiología es una especialidad realmente bonita y amplia, que combina clínica variada como la cardiopatía isquémica, las valvulopatías, las arritmias, la insuficiencia cardiaca, las miocardiopatías familiares o las cardiopatías congénitas. Y también la imagen, que engloba la ecocardiografía, la resonancia magnética o la tomografía, y una parte intervencionista que incluye la hemodinámica cardiaca y la electrofisiología.
¿Cuál es su actividad investigadora en el CNIC?
En el CNIC lidero la línea de investigación traslacional en hipertensión pulmonar secundaria a cardiopatía, y además colaboro en diferentes proyectos con el doctor Borja Ibáñez, director de investigación clínica del CNIC.
¿Cuáles son los últimos avances?
Concretamente la hipertensión pulmonar secundaria a cardiopatía no dispone de tratamiento específico, a pesar de su elevada prevalencia y mal pronóstico, con lo que la investigación actual trata de identificar nuevas dianas terapéuticas. En ese sentido, estoy coordinando un ensayo clínico multicéntrico llamado SPHERE-HF que pretende evaluar si los fármacos agonistas de receptores B3 adrenérgicos podrían ser beneficiosos. Por otro lado, caracterizar de forma precisa la afectación que presentan estos pacientes para evaluar si algunos subgrupos pudieran beneficiarse de tratamientos actualmente disponibles.
¿Qué relación mantiene la cardiología con la Covid-19?
Se está investigando mucho sobre las manifestaciones de la Covid-19 en todos los órganos, incluido el sistema cardiovascular. Se investiga la incidencia que tiene la afectación cardiovascular como consecuencia de la infección y el pronóstico que esta puede tener. Por otra parte se está investigando acerca de la repercusión que está teniendo la pandemia en la morbimortalidad de los pacientes con patología cardiaca. Lamentablemente los pacientes consultan tarde y en una situación más avanzada.
Oímos hablar ahora más que nunca sobre la importancia de la investigación y la necesidad de mayor financiación.
Considero que es fundamental que revisemos nuestro modelo productivo como país, y que decidamos qué queremos ser y qué debemos priorizar. Sabemos que la inversión en investigación tiene un retorno a largo plazo pero es fundamental para generar innovación, captar talento, ser competitivos y mantenernos dentro de las economías punteras del mundo. En la cumbre de Barcelona del 2003 la Unión Europea se estableció como objetivo alcanzar el 3% del PIP de inversión en I+D, en España todavía no superamos el 2% y hasta ahora no se ha priorizado por encima de otras áreas.
Con la pandemia, las profesiones relacionadas con la salud son cada vez más solicitadas. ¿Qué le diría a una persona joven que quiere estudiar esta profesión?
Le diría que es una profesión maravillosa, que efectivamente es cansada, no está bien remunerada, y te obliga a estudiar continuamente para mantenerte actualizado, pero que tiene la recompensa de sentir que ayudas a personas que lo necesitan y eso te hace amar la profesión.
Desde hace unos meses es jefa del servicio de cardiología del Hospital Clínic de Barcelona. ¿Cómo desarrolla su trabajo?
Sí, en efecto he sido nombrada recientemente. Ha coincidido con la tercera ola de la pandemia, con lo que he tenido que compaginar mi dedicación a la gestión del servicio, para cohesionarnos y prestar la mejor atención a los pacientes con patología cardiológica, con la organización de una sala de 24 camas dedicada a pacientes con Covid-19. Lo cual no ha sido fácil, suerte que cuento con profesionales magníficos que han demostrado de nuevo su gran solidaridad y capacidad de trabajo. Les estoy enormemente agradecida.
¿Por qué teniendo una de las mejores sanidades públicas se han visto tantas deficiencias?
Considero que son varias las razones. Por un lado, el modelo productivo del país no ha garantizado la producción de material sanitario de primera necesidad, como las mascarillas y equipos de protección en general. Se ha descuidado a los profesionales sanitarios, particularmente a determinados colectivos como enfermería, que lleva muchos años con contratos de baja calidad, con dificultades para la especialización y poca capacidad de promoción. Además, la atención primaria estaba ya muy masificada con lo que no disponía de recursos para afrontar una actividad extra de esta dimensión. Y el número de camas de UCI es inferior al de otros países de nuestro entorno. Diría que más que una de las mejores sanidades públicas del mundo tenemos unos de los mejores profesionales sanitarios del mundo, que de nuevo han hecho un trabajo increíble con los recursos disponibles.
¿Qué podemos hacer a partir de ahora?
Sin duda, vacunarnos todos tan pronto como esté disponible la vacuna para los diferentes segmentos de la población. Y hasta que dispongamos de una inmunidad de grupo suficiente, al menos de un 70% de la población, extremar las precauciones, usar siempre la mascarilla, higiene de manos y evitar la movilidad. Soy consciente de que la sociedad está cansada, pero cuanto más responsables seamos antes superaremos la pandemia.
¿Cómo se ve en unos años dentro de su trabajo?
Disfrutando, como hasta ahora, con retos continuos desde el punto de vista asistencial, docente e investigador. Con un equipo de profesionales motivados que centran su actividad en el paciente, con trato humano y personalizado. En ese sentido, las nuevas tecnologías de inteligencia artificial y medicina personalizada nos ayudarán mucho, tanto a pacientes como a profesionales.