Los nuevos hábitos de los consumidores propiciados por la pandemia y los fondos de recuperación europeos facilitarán la transición.
Cuando, gracias a las vacunas, se empieza a atisbar el final de la pandemia provocada por la Covid-19, existe un cierto consenso sobre que esta crisis marcará un punto de inflexión en muchos aspectos. Dos transformaciones (transiciones) parece que se impondrán en la economía: la digital y la ecológica. Uno de los sectores que se verá y se está viendo más afectado por ambos cambios es el de la movilidad. Concretamente, la industria del automóvil se encuentra en un momento definitorio y las empresas que la componen afrontan el reto de adaptarse a la nueva realidad para seguir siendo competitivas y, en definitiva, sobrevivir.
Este cambio de paradigma es una cuestión de interés general si tenemos en cuenta el peso del sector automovilísitico en la economía española: supone un 8,5% del total del PIB, un 18% de todas las exportaciones y emplea a unas 300.000 personas si contamos a los trabajadores de las 17 factorías españolas y los de sus empresas proveedoras. En el caso de Catalunya, la situación es tan delicada que, según un informe del Departament d’Empresa de la Generalitat publicado a principios de 2020, la transición hacia el coche eléctrico pone en riesgo un tercio de los puestos de trabajo del territorio. Las Administraciones son conscientes de esta situación y están poniendo de su parte para facilitar que este proceso de transformación sea lo más plácido posible.
Viento de cola público
Una de las medidas públicas más destacadas, centrada en estimular la demanda de coches eléctricos, es el Plan Moves del Ministerio para la Transición Ecológica. Este programa, que está dotado en este 2021 con 400 millones de euros, propone unas ayudas que pueden llegar hasta los 6.000 euros por vehículo si se achatarra un automóvil de más de 7 años de antigüedad. Sin embargo, el gran impulsor de la reconversión de la industria se prevé que sean los fondos de recuperación europeos Next Generation.
Acometer esta transformación con éxito es una cuestión de interés general pues la industria del automóvil supone un 8,5% del PIB
Algunos expertos vaticinan que el dinero destinado al sector del automóvil electrificado en Europa podría alcanzar los 64.000 millones de euros del total de 750.000 millones –entre préstamos y subvenciones– de todo el plan de recuperación económica. Si tenemos en cuenta que España es, junto a Italia, uno de los países que recibirá más transferencias y créditos (alrededor de un 10% del total), es fácil hacerse una idea del impacto que pueden tener las ayudas comunitarias. Por tanto, a pesar de la dificultad de la empresa, la transformación contará con viento de cola público. Y las compañías están dispuestas a aprovecharlo.
Marcas que lideran
“No se trata de un reto a medio plazo, sino que la electrificación es la principal línea estratégica de nuestra compañía. Desde el año 2011 Nissan es pionera en vehículos eléctricos con Leaf, y ahora hemos extendido la electrificación a tres modelos más como la e-NV200, Nissan Ariya o el nuevo Qashqai”, expone Christian Costaganna, director de ventas de Nissan Iberia. El ejecutivo añade que el objetivo final de la enseña es “capacitar al usuario del vehículo eléctrico para que pueda gestionar su factura de luz a través de sistemas como el vehicle to grid, que permite que el automóvil no solo reciba energía de la vivienda sino que permite devolverla a la red eléctrica de la propia casa”.
“Para Seat la movilidad eléctrica es clave. Estamos inmersos en una transformación global hacia la electrificación de la empresa y sus marcas. Esta transición es y será durante los próximos años nuestra prioridad y tenemos el compromiso de liderar la transformación en la industria de nuestro país”, afirma Josep Maria Recasens, director de Estrategia y Relaciones Institucionales de Seat. Para pasar de las palabras a los hechos, la compañía inició en 2020 un plan de inversión dotado con 5.000 millones de euros que se acabará de ejecutar en 2025.
El desembolso de este dinero permitirá desarrollar nuevos modelos de Seat y Cupra, además de electrificar parte de la gama de vehículos ya existente. Paralelamente, los fondos también servirán para formar al personal de la compañía en el Electromobility Learning Center, el centro de formación en vehículo híbrido y eléctrico de Seat. “Nuestra ambición es producir vehículos eléctricos en la planta de Seat en Martorell a partir de 2025, cuando el mercado del vehículo eléctrico entre en una fase más madura de desarrollo”, tercia el directivo de la firma con sede en Martorell. Precisamente, en el momento de cerrar la edición de este número de Cataluña Económica, Seat anunciaba conversaciones con el gobierno español para que apoye la inversión de un próximo modelo eléctrico de la marca aprovechando los fondos europeos.
Junto con la electrificación, la digitalización es el otro gran fenómeno que está transformando la movilidad. En el caso de Seat, la apuesta en este sentido la encarna el Seat:Code: el centro de desarrollo de software propio de la compañía que desarrolla soluciones digitales para impulsar sus marcas y que también está transformando y digitalizando todos los procesos internos de la compañía. Desde su creación, Seat:Code ha incorporado progresivamente profesionales del desarrollo de software hasta alcanzar las 150 personas que actualmente trabajan en el proyecto. Una de las principales iniciativas de Seat:Code es una plataforma de movilidad multimodal para operar y gestionar flotas de vehículos 100% digitalmente. Seat MÓ –la división de micromovilidad de la enseña– ha sido el primer operador en utilizar esta nueva plataforma para su servicio de motosharing en Barcelona.
Más allá de los fabricantes
El cambio de paradigma no es algo que afecte tan únicamente a los grandes fabricantes, sino que también atañe de pleno a la industria auxiliar. Además, si se tiene en cuenta que por cada empleo en una de las marcas que producen en España se generan alrededor de 4 empleos directos en factorías proveedoras, es fácil imaginarse la envergadura del sector y su peso específico en el conjunto de la economía. “Los proveedores están en plena reflexión y transformación de su modelo de negocio al mismo tiempo que establecen una hoja de ruta tecnológica a largo plazo para conseguir nuevas oportunidades de crecimiento y consolidar el mercado de sus productos actuales”, apunta Cecilia Medina, responsable de I+D+i de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto).
La innovación en este eslabón de la cadena se está centrando en elementos como las baterías. El objetivo es desarrollar dispositivos que sean válidos para diferentes tipos de vehículos. Esto facilitaría su escalabilidad en la producción y reduciría enormemente los costes. También se están haciendo importantes esfuerzos en investigación y desarrollo de nuevos componentes para la propulsión de los automóviles: sistemas motrices acoplados a las ruedas, ejes propulsores eléctricos, smart calipers, sistemas de frenado para vehículo eléctrico, discos de freno bimetálicos, sistemas anti-vibración del motor…
Retos del sector
El avance hacia el vehículo eléctrico parece inexorable, pero todavía hay bastantes escollos que se tienen que superar antes de que la transición sea total. “La infraestructura de recarga y su despliegue es uno de los retos que afronta el sector, pero no el único. Todavía queda resolver el sobreprecio de los eléctricos en comparación con los vehículos con motor de combusitión, así como conseguir una mayor oferta de modelos en diferentes segmentos, con mayores autonomías y con capacidades de carga de alta potencia”, advierte Arturo Perez de Lucia, director general de la Asociación Empresarial (AEDIVE). “Del mismo modo –prosigue de Lucia– la Administración debería mejorar los planes de incentivos para facilitar la adopción de esta nueva tecnología”.
A pesar de todas estas dificultades, el cambio de paradigma también está propiciando nuevas oportunidades de negocio. Una de las empresas de moda en el dinámico ecosistema digital barcelonés es Wallbox. Esta startup, que nació en 2015 y fabrica dispositivos de recarga inteligente para vehículos eléctricos, ha cerrado recientemente una ronda de financiación de 33 millones de euros. “Con esta financiación podremos ampliar la distribución de nuestros productos a nivel global y seguir desarrollando nuevas tecnologías, lo que significa un gran logro hacia nuestro objetivo de reducir la dependencia mundial de los combustibles fósiles”, relata Enric Asunción, director general de la firma. Actualmente la empresa emergente vende a más de 55 países y cuenta con más de 350 empleados repartidos en oficinas en Europa, Asia y América, además de disponer de dos fábricas propias.
Aceleración por la pandemia
De las pocas cosas positivas que nos deja la pandemia es su efecto catalizador en fenómenos como la digitalización y una creciente conciencia a nivel global de la importancia de avanzar hacia un modo de vida más sostenible. En este sentido, la epidemia también puede haber facilitado que la implantación del coche eléctrico se adelante algunos años. “Los vehículos eléctricos en Europa han crecido más de un 100% mientras el mercado caía de forma brusca. La electrificación está avanzando a grandes pasos, sobre todo a raíz de la epidemia”, apunta Christian Costaganna, de Nissan.
“El impacto de la Covid-19 ha impulsado nuevas formas de movernos y nuevas maneras de consumo que repercuten en la movilidad diaria. Es un cambio que se suma al aumento de una conciencia medioambiental de la sociedad, que ya estaba presente en los últimos años. La pandemia ha acelerado una transformación que ya había empezado”, coincide Josep Maria Recasens, director de Estrategia y Relaciones Institucionales de Seat.
4 proyectos para la supervivencia del sector
Son los Proyectos Tractores Colaborativos de Interés Común (PTCIC), en los que está trabajando la industria de cara al Plan de Recuperación Europeo, una estrategia de país que busca garantizar no solo la supervivencia del sector post Covid-19 sino su visión de futuro y posicionamiento global.
1. La cadena de valor de las baterías. Tiene por objetivo el impulso de la cadena de valor (ecosistema industrial y de innovación) para desarrollar un battery pack escalable, que plantee la posibilidad de utilizar módulos de baterías que puedan ser compartidos en diferentes tipos de vehículos.
2. El hidrógeno. Contempla desde la obtención de hidrógeno mediante hidrólisis de forma limpia y competitiva, su almacenamiento a alta presión a bordo de los vehículos, así como su distribución y busca el impulso de la cadena de valor de automoción (ecosistema industrial y de innovación) para el desarrollo de la pila de combustible, los componentes asociados a la arquitectura de este tipo de vehículos y la oxicombustión.
3. La movilidad conectada, automatizada y sostenible. Creación de un entorno de referencia único que permita diseñar, ensayar y desplegar las diferentes tecnologías asociadas a la movilidad automatizada, conectada y sostenible, posicionando a España como un referente en el diseño, desarrollo, implementación y validación de estas soluciones tecnológicas.
4. La industria inteligente y competitiva. Con el triple objetivo de desarrollar e implantar procesos adaptativos de fabricación inteligente, conseguir un modelo de fabricación avanzada sostenible y configurar y poner en marcha nuevas estrategias de logística inteligente.