Los beneficios de la inclusión laboral de personas en el espectro autista se reflejan en todos los niveles de la empresa independientemente del sector que se trate.
La inclusión laboral de personas dentro del espectro autista sigue siendo un reto global. A nivel mundial, se estima que 1 de cada 100 niñ@s recibe un diagnóstico de autismo; en Estados Unidos, la cifra es aún mayor, con 1 de cada 36. Sin embargo, al alcanzar la adultez muchas de estas personas, a pesar de tener competencias y capacidades, enfrentan barreras significativas en el mercado laboral.
Según la “Autism Europe”, aproximadamente el 85% de las personas autistas adultas están desempleadas o en situaciones laborales precarias e inestables. Dicha elevada tasa de desempleo entre personas autistas se debe a que, aunque muchas tienen capacidades adecuadas o superiores a la media, enfrentan barreras significativas. Los procesos de selección, diseñados para personas no autistas, dificultan su acceso y, junto con la falta de apoyo en el entorno laboral, limitan sus posibilidades de mantener un empleo estable.
Este alto índice de desempleo es un desperdicio de talento que las empresas y la sociedad no pueden ni deberían permitirse. Muchas personas autistas, por ejemplo, tienen cualidades que las hacen idóneas para diversas funciones laborales, en particular en sectores como el tecnológico y digital. A menudo tienen una gran atención por los detalles, perseverancia, razonamiento lógico, alta concentración, memoria, competencias visuales, capacidad de reconocimiento de patrones.
Specialisterne ha desarrollado modelos de acompañamiento que involucran tanto a personas autistas como a los líderes y equipos de las empresas.
Para avanzar en inclusión laboral, es importante reconocer que las empresas se encuentran en diferentes etapas de “maduración” en cuanto a su capacidad de integrar a personas neurodivergentes. Las empresas con “modelos de maduración” más desarrollados, como las multinacionales SAP, IBM, o Procter & Gamble son pioneras en el desarrollo de programas de inclusión. Estos programas no solo buscan emplear a personas autistas, sino también ofrecer un entorno que respete y valore sus capacidades, creando un espacio para que prosperen tanto los empleados neurodivergentes como sus equipos.
Specialisterne, una organización con 20 años de experiencia en la inclusión laboral de personas neurodivergentes, que significa “los especialistas”, ha desarrollado modelos de acompañamiento que involucran tanto a personas autistas como a los líderes y equipos de las empresas, facilitando una comprensión profunda de la neurodiversidad y promoviendo una inclusión efectiva en el entorno laboral. Esta experiencia, enriquecida por su actividad en 26 países distintos y el trabajo junto a empresas o entidades destacadas de sectores diversos –como Caixa Bank, Esade, NTT Data, Critical Software, Worldline, Deloitte, BBVA, Igualando, Filmin y/o Banco Santander–, permite que Specialisterne adapte procesos innovadores de selección y formación.
Certificada como empresa B-Corp, Specialisterne está alineada con el pacto mundial de la ONU y cumple con cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, consolidando su compromiso social y ambiental.
Un caso destacado de su labor es el del espacio emblemático cultural-turístico “Casa Batlló-Gaudí” en Barcelona, donde, con su apoyo, 90 personas neurodivergentes fueron capacitadas para atender al público, gestionar la tienda y coordinar servicios fotográficos en un entorno que recibe más de 1,6 millones de visitantes anuales o/y puntas-día cercanas a 8.000 personas.
Los beneficios e impacto positivo de la inclusión laboral de personas en el espectro autista se reflejan en todos los niveles de la empresa independientemente del sector que se trate. A nivel organizacional, el impacto social de la inclusión contribuye a la responsabilidad social corporativa y a una mejora de la imagen pública, fortaleciendo una cultura organizativa innovadora y empática.