Un destino turístico inteligente es un espacio innovador con una robusta infraestructura tecnológica que facilita la integración del visitante en el entorno.
Es crucial apostar por el talento y la innovación, mejorar los salarios, avanzar hacia un turismo más sostenible y establecer un modelo de financiación más justo.
El llamado “movimiento B” está impulsando un modelo de empresa con altos estándares de desempeño social y ambiental, responsabilidad y transparencia pública.
Más allá de lo estrictamente deportivo, también genera empleo y riqueza, con 85.000 empleos directos e indirectos y más de 6.000 empresas relacionadas.
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