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Ayudar al planeta pieza a pieza

La economía circular ya permite recuperar hasta el 95% de las partes de un automóvil, volviéndose a emplear en la industria o destinándolas a otros fines.

El mundo va tomando conciencia de la importancia de reducir nuestra huella de carbono y frenar el calentamiento global. Un ejercicio sencillo es contar la cantidad de gente que usa bolsas de tela en el supermercado. Una simple acción que se hace para fomentar la reutilización. Muchos aún creen que la contaminación solo depende de las emisiones de los medios de transporte, pero de nada sirve comprarse un coche eléctrico si después no se actúa para cuidar el planeta con otras acciones relacionadas con los propios vehículos o la vida cotidiana.

Bien es cierto que, en los últimos años, la automoción está experimentando una profunda transformación y es que las compañías del sector buscan hacer cambios en torno a un concepto como la sostenibilidad, siendo esta una prioridad estratégica para ellas. Los vehículos eléctricos, el consumo responsable, la digitalización o la lucha contra el cambio climático son algunos de los ejes que centran ahora los planes de las empresas del motor. Pero el cambio va más allá de estas iniciativas. El reciclaje y el reaprovechamiento de los componentes resultará clave para alcanzar los ambiciosos planes ambientales marcados por gobiernos y Bruselas.

En este sentido, hace unos años analizamos el sector de las piezas de coche de segunda mano, con un minucioso estudio de los 2.000 Centros Autorizados de Tratamiento (CAT – desguaces) que hay en España, que por normativa son las únicas instalaciones que pueden recibir vehículos al final de su vida útil y vender sus piezas. En ese análisis, nos dimos cuenta de que ocurría algo en particular: los talleres y particulares desconfiaban de los desguaces porque más del 20% de sus recambios eran defectuosos.

Fue entonces cuando decidimos crear Recomotor a partir de una red validada de más de 300 centros autorizados de España para reducir esas averías hasta el 3%. Conseguirlo aportó la confianza necesaria a los talleres y se consiguió un mayor uso de las piezas de coche de desguace, incrementando su reutilización. Y este fenómeno sigue al alza. Tan en alza que hoy por hoy la economía circular ya permite recuperar hasta el 95% de las partes de un automóvil, volviéndose a emplear en la industria o destinándolas a otros fines. Ganan todos: medioambiente, taller y clientes.

La nueva regulación que prohíbe la venta de coches de combustión a partir de 2035, que pone fecha de caducidad a la comercialización de estos vehículos, provocará un encarecimiento de los precios del coche eléctrico y una subida en la edad media del parque automovilístico español. Y es que siempre se habla de reducir o reciclar, pero una de las mejores armas contra el cambio climático es saber reutilizar.

Reutilizar puede ser clave para los muchos conductores que aún no creen en los vehículos eléctricos por la baja autonomía de sus baterías. Alargar la vida del actual vehículo nos permitirá seguir a la espera de novedades en el mercado. Pero la reutilización de las piezas de coche también debe ser un pilar en el sector de los vehículos eléctricos.

Es clave concienciar al consumidor de la importancia de la reutilización de las baterías eléctricas de los coches. Hay que tener claro que la vida de una batería puede ser infinita. Es cierto que pueden estropearse algunas de sus celdas por desgaste, pero no hay que caer en el error de comprar una batería nueva cuando tenga algún problema. El contratiempo puede solventarse cambiando algunas de sus celdas y manteniendo intactas las que siguen funcionando. ¿Para qué tirar la batería entera si la mitad sigue siendo útil? Con esa reutilización el mundo estará contribuyendo a una disminución de la fabricación de baterías nuevas, evitando la sobreexplotación de minas de varios materiales como el litio, la escasez de estos recursos y el aumento de los cementerios de baterías, que tanto daño pueden hacer al planeta.

En España hay 24,5 millones de coches en circulación y unos 30.000 talleres de vehículos. ¿Se imaginan que muchos de ellos compraran recambios usados y le dieran una segunda vida útil a piezas en perfecto estado que antes no encontraban comprador? Está sucediendo. Pieza a pieza, ayudamos al planeta.

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