Hoy tenemos ejemplos de empresas que también están innovando en unos viñedos, en un hospital, en un club de fútbol, en un periódico o en la gestión del agua.
Con excesiva frecuencia se ha asociado la innovación a una actividad propia de las empresas tecnológicas o de las nuevas empresas, de las startups. Parece como si solo estas empresas pudiesen ser innovadoras. Desde mi punto de vista esta es una visión sesgada, una mirada limitada. Se necesita una perspectiva mucho más amplia de la innovación. No ha de ser un patrimonio exclusivo, todas las empresas pueden y deben innovar. Cualquier que sea su tamaño o su sector. Si abrimos el foco veremos que hay muchos casos de empresas innovadoras.
Hoy tenemos ejemplos de empresas que también están innovando en unos viñedos, en un hospital, en un club de fútbol, en el mobiliario del baño, en un periódico, o en la gestión del agua. Algunas son empresas familiares centenarias y otras son organizaciones sin ánimo de lucro, pequeñas empresas o grandes multinacionales que cotizan en bolsa. Impulsan la innovación lanzando nuevos productos y servicios o modificando sus procesos internos y su modelo de negocio. Son empresas innovadoras en sectores considerados tradicionales que normalmente no se asocian con la innovación.
La gestión de la innovación es hoy un reto de gestión para todas las empresas y organizaciones que quieran sobrevivir en un entorno que es muy dinámico y está en constante transformación. La innovación y el cambio forman parte de la vida de las empresas. Cada empresa tiene que gestionar su estrategia de innovación: analizando, tomando decisiones y llevándolas a la práctica. Tiene que decidir dónde quiere llegar en su nivel de innovación. Un primer paso puede ser realizar una Auditoría de la Innovación para evaluar la situación actual de la organización o de la empresa.
No es un oxímoron
He de reconocer que las primeras veces que expliqué la Auditoría de la Innovación no fue muy bien entendida. Después de una de estas presentaciones, un colega me lanzó esta pregunta: ¿Auditoría e Innovación no es un oxímoron? El oxímoron es una figura retórica que consiste en usar dos términos que se contradicen. Contradictio in terminis, en latín. Son ejemplos clásicos: silencio ensordecedor, hielo abrasador, docta ignorancia o luz oscura. Otros ejemplos más actuales podrían ser: sociedades unipersonales, copia original, clamoroso silencio o fuego amigo.
Este colega, que conocía bien el mundo de la empresa, me dijo que en el interior de las organizaciones se pueden ver estas contradicciones entre auditoría e innovación. Mientras la auditoría normalmente se asimila al ámbito económico-financiero y es considerada como una obligación legal a cumplir por las empresas, algo percibido por muchos como aburrido y poco creativo, las actividades de fomento de la innovación se asocian con invención y novedad, con frecuencia se vinculan con el futuro. Sus actividades son percibidas por la organización como actividades lúdicas y algunos las etiquetan como el teatro de la innovación.
Mi colega tenía su parte de razón. Los términos auditoría e innovación pueden chocar con estas percepciones que están muy presentes en las organizaciones. Pero si profundizamos un poquito podemos ver que tienen su base en falsas creencias y en mitos alimentados a lo largo del tiempo. También en resistencias al cambio que surgen en las organizaciones cuando se quiere innovar. Si queremos atacar el problema de la innovación en las empresas tendremos que romper con algunos de estos prejuicios. Dejar entrar aire fresco y hacer algunas preguntas desde la distancia. ¿Por qué no se puede auditar la gestión de la innovación? No ha de resultar contradictorio, como si fuese un oxímoron. Al contrario, sería extraordinariamente útil poder verificar periódicamente el nivel de innovación de la empresa.
Quizás en el campo de la innovación teníamos respuestas a preguntas equivocadas. Los directivos y los empresarios tendrían que hacerse nuevas preguntas transformadoras que les ayuden a avanzar: ¿Realizar periódicamente una auditoría de la innovación de la empresa no sería una buena práctica de gestión? ¿Podría resultar de utilidad tener un mejor diagnóstico del nivel de innovación de la empresa? ¿Ayudaría descubrir cuáles han sido los factores que han provocado los fracasos en los proyectos innovadores? ¿Mejoraríamos si pudiésemos evaluar periódicamente el funcionamiento del sistema de innovación de la empresa? ¿Podríamos proponer nuevas líneas de innovación futuras para la empresa? ¿Por qué no se pueden hacer Auditorías de Innovación en la empresa?
Una nueva herramienta
La reflexión que provocan las preguntas y la búsqueda de respuestas puede ser el motor de la innovación. Esta es una actividad estratégica que los empresarios y directivos no pueden delegar. Cada empresa ha de encontrar su propia respuesta, su camino hacia la innovación. No es lo mismo una startup que una pequeña, una mediana empresa o una gran corporación multinacional. Influye también la misión, la visión y los valores de la empresa. El perfil de sus líderes y la cultura de la organización, su manera de hacer las cosas. Los recursos de los que dispongan y si tienen un proceso para innovar. Surge con fuerza una nueva preocupación, una nueva pregunta: ¿Cuál es la herramienta para realizar la Auditoría de la Innovación?
Dentro de la caja de herramientas del directivo hay un vacío importante en la gestión de la innovación. En privado, muchos directivos reconocen sentirse mucho más cómodos en otras áreas funcionales de la empresa, donde hay más experiencias y disponen de una amplia variedad de herramientas de gestión. En cambio, en el área de innovación no disponen de muchas herramientas de gestión para poder impulsarla. Tampoco hay consenso alrededor de alguna metodología que sea ampliamente aceptada o reconocida. Se tienen que diseñar o adaptar herramientas para esta nueva función. Cuando el directivo se encuentre ante los problemas de gestión de la innovación necesita tener a mano nuevas herramientas de gestión. Nuevos útiles para ayudarle en su tarea de impulsar la innovación en la empresa.
Impulsan la innovación lanzando nuevos productos y servicios o modificando sus procesos internos y su modelo de negocio.
La Auditoría de la Innovación nace a partir de la experiencia creativa de elBulli y se desarrolla para llenar este vacío existente de herramientas para las empresas que quieren innovar. Para estas organizaciones que actualmente viven el conflicto entre la necesidad existencial de la innovación y el descontento con los resultados obtenidos. Surge de la necesidad de disponer de nuevas metodologías y herramientas para gestionar la innovación. La Auditoría de la Innovación ha sido testada, a lo largo de los últimos seis años, en diversas empresas y organizaciones de sectores diferentes que nos han permitido afinar y mejorar el prototipo inicial, a través de diferentes versiones. Su razón de ser es ayudar a los directivos a innovar. Con humildad, no aspira a ser única. Quiere sencillamente llegar a ser un nuevo instrumento para las empresas en su reto de innovar y transformar sus organizaciones.
La Auditoría de la Innovación que damos a conocer en El libro rojo de la innovación es una herramienta abierta, lejos de dogmatismos y recetas. Cada empresa ha de aplicarla según sus necesidades y características. Entendiendo que la innovación es un proceso que se hace día a día y por el conjunto de la organización. Que se puede aprender y desarrollar, evaluando los proyectos realizados e intentando aprender haciendo. Decidiendo donde poner el foco y el nivel de innovación que se quiere alcanzar. Siendo ordenados para poder ser creativos. A través de sistemas que permitan transformar estas nuevas ideas en realidades. La Auditoría de la Innovación es una nueva herramienta para ayudar a la acción, para poder afrontar adecuadamente el reto de gestionar la innovación en la empresa.