Durante las últimas semanas se están produciendo constantes reflexiones, debates en público y en privado sobre como será el escenario pospandemia…
Principalmente creo que debemos reaprender a prosperar. La siguiente normalidad debe ser fruto de lo aprendido porque las empresas que han sobrevivido salen de la crisis con aprendizajes forjados a fuego y con nuevas capacidades en sus equipos para afrontar los próximos grandes retos de futuro como son el digital y el ambiental.
En general, la respuesta a la pandemia ha sido trabajar más y colaborar más. Se ha desarrollado una resiliencia corporativa que ahora puede servirnos de palanca para afrontar los próximos meses con optimismo en el medio plazo, que seguro va a ser mejor.
Pero para empezar a focalizar ámbitos donde será importante tener iniciativas de éxito, nos centraremos en las iniciativas ecológicas y en las de transformación digital.
En cuanto a las iniciativas ecológicas, son muchas las empresas que por su actividad están íntimamente ligadas a la transformación para mitigar el cambio climático, pero en realidad cualquier empresa debe desarrollar un plan en este ámbito porque nos incumbe a todos. Sería largo enumerar todas las claves a tener en cuenta, pero se pueden resumir en cuatro. La primera es global, y es que el comercio mundial es cada vez más sensible a los riesgos climáticos, que afectarán al transporte de mercancía, a los países de procedencia de las materias primas, a migraciones climáticas…
Una segunda clave es que los consumidores piden productos y empresas responsables con el medio ambiente. A los factores de precio y calidad clásicos se añadirán la característica ecológica del producto para formar parte de la demanda del consumidor. La consciencia ecológica del consumidor cada vez llegará a capas más amplias.
En el otro lado del ámbito empresarial encontramos a los inversores que cada vez más orientan sus decisiones hacia empresas que tengan en cuenta las cuestiones medioambientales.
Y por último, la regulación será cada vez más restrictiva y más severa.
Pero las empresas también tienen campo que recorrer en la denominada transformación digital. Está claro que la crisis actual ha sido un factor de aceleración y la ha hecho presente en todos los ámbitos. Además, ha abierto los ojos a aquellos empresarios más reticentes que han comprobado como los esfuerzos se han visto recompensados en reducción de costes, eficiencia y nuevas fuentes de ingresos.
Entre las principales claves en cuanto a la transformación digital se pueden destacar cuatro.
La primera y más clara es que las inversiones en tecnología crean valor, reducen costes y mejoran la productividad. Además, dan pie a la creación de nuevas líneas de negocio o productos. Estás iniciativas deben formar parte de un plan de transformación a dos años vista para saber realmente hacia donde vamos.
Una segunda clave tiene que ver con el talento de los equipos de trabajo, porque las empresas con un proceso de transformación digital son capaces de mejorarlo y de atraer talento con habilidades tecnológicas más fácilmente.
Un tercer factor también tiene que ver con la atracción de talento pero de forma externa. Debemos contar con socios que nos faciliten la transformación en la estrategia, en la comunicación, en el desarrollo… Es clave escoger bien y saber generar la complicidad del proyecto con estos proveedores.
Por último, buscar una asociación sólida entre la tecnología y nuestro negocio, identificar donde, el despliegue de una agenda de transformación, hará mejor a nuestra empresa. La creación compartida del modelo entre los equipos tecnológicos y los orientados al propio negocio darán más sentido a las acciones. Si además le añadimos un impulso desde la dirección, la organización se orientará adecuadamente para conseguir buenos resultados.
A estos dos planes estratégicos las empresas se deben comprometer porque lo creen y porque están convencidas que tomar la iniciativa en estos ámbitos las acerca al éxito.
Además, deben sumarle una buena comunicación de todas las iniciativas para generar la complicidad tanto interna como externa. Comunicar desde la honestidad, el compromiso, la transparencia y la integridad. Todo ello dará más valor a nuestra empresa.