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El cambio hacia una economía circular

Damm impulsa el crecimiento de forma eficiente, fomenta el consumo responsable y promueve una producción sostenible.

Si se adoptan los principios de la economía circular, Europa puede aprovechar la revolución tecnológica para generar un beneficio neto de 1,8 billones de euros de aquí a 2030, según la Fundación Ellen MacArthur, SUN y McKinsey. El uso de los recursos en todo el ciclo de vida es una oportunidad para todos. Ya no vale mirar, hay que actuar, y de inmediato. ¿Cómo lo llevan a cabo las empresas?

Cada español genera al año una media de 460 kg de residuos urbanos, es decir, seis veces más que su peso medio. Este impactante dato es consecuencia, según Ecoembes, de apostar durante años por un modelo económico lineal que implica un alto coste ambiental, tanto a la hora de producir los productos como al acabar su ciclo de vida.

Es urgente implantar otro sistema más sostenible, basado en el aprovechamiento de los recursos y en ofrecer una nueva vida a los residuos que generamos: la economía circular. En este nuevo sistema actúan organismos, Gobiernos, empresas, pero especialmente los ciudadanos, con un objetivo: preservar el medio ambiente y construir un mundo mejor y más limpio.

Una oportunidad para las empresas

La Estrategia Española de Economía Circular identifica seis sectores prioritarios de actividad en los que incorporar este reto para una España circular: construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y textil y confección.

Así pues, la economía circular es una oportunidad para las empresas al proporcionar nuevos y mayores conjuntos de beneficios, mayor seguridad en el suministro, nueva demanda de servicios empresariales, mayor interacción y lealtad de los clientes y mayor resiliencia.

Damm se adelantó a su tiempo y, desde sus inicios, impulsa el crecimiento de forma eficiente, fomenta el consumo responsable y promueve una producción sostenible. Sus acciones hablan por sí solas: anuncios en pro de la conciencia medioambiental, reutilización de envases y embalajes sostenibles y reducción de sus emisiones anuales de CO2.

Su objetivo: conseguir que el máximo de subproductos generados de su actividad sea reutilizado. De este modo le dan una segunda vida a los materiales con los que trabajan y por esto la circularidad es la base de su forma de hacer y de producir. ¿Cómo lo consiguen?

Sistema de gestión medioambiental

La apuesta por la sostenibilidad es una máxima de toda la compañía, que ha consolidado un sistema de gestión medioambiental transversal y en 2008 creó el Departamento de Optimización Energética para reducir el consumo de recursos naturales, revalorizar subproductos y generar energía de origen renovable.

Su mayor logro: que del 99% de las materias primas de Damm son valorizables e incorporables a la cadena productiva, permitiendo producir a su vez nuevas botellas y latas. Y claro ejemplo en materia de economía circular: la reutilización del mosto y bagazo, residuos generados en el proceso de elaboración de sus cervezas, como alimento animal en granjas que se dedican a la producción y comercialización de lácteos.

La reutilización y el reciclaje y la eliminación del uso de plástico es otro de los objetivos de Damm. Por ello, el 65% de los envases de Estrella Damm son ya reutilizables y el 100% reciclables, y se han sustituido las anillas de plástico y los plásticos que envolvían los packs de latas por un sistema de envase múltiple de cartón 100% biodegradable.

Compromiso y éxito

Bajo el lema “Transformar nuestro mundo”, Damm se adhirió en 2019 al Pacto Mundial de las Naciones Unidas y a la Agenda 2030, con cuyos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) mantiene un pleno compromiso. Asimismo, también se incorporó a la Fundación Seres, que promueve el compromiso de las empresas en la mejora de la sociedad.

Damm reutiliza el mosto y bagazo, residuos generados en el proceso de elaboración de sus cervezas, como alimento animal.

Y así, por ejemplo. Damm es una empresa energéticamente eficiente, con el certificado de origen verde en el 80% de la energía que consume. Y en los últimos diez años ha reducido las emisiones de CO2 un 59% y el consumo de agua de sus fábricas en un 37%.

Hoy día, la empresa Damm, fundada en 1876 en Barcelona, está presente en 130 países, y con sus más de 1.200 millones de facturación anuales, 16 fábricas y un equipo formado por casi 5.000 personas, es una de las principales empresas de su sector.

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