Carolina Aguilar es la CEO y cofundadora de Inbrain Neuroelectronics, especializada en implantes cerebrales de grafeno que permiten a pacientes con problemas neurológicos hacer sus tareas y tener una mejor calidad de vida. Farmacéutica de profesión, con una tesis doctoral en neurotoxicología en Estados Unidos, nunca ha ejercido como tal. Tras años de investigación, su empresa, una spin-off del Institut Català de Nanociència y Nanotecnologia (ICN2) e Icrea, pudo probar con éxito el pasado mes de septiembre la primera interfaz de grafeno en un cerebro de un humano. Un logro histórico para una de las compañías más prometedoras de nuestro ecosistema biomédico.
Una alternativa a los fármacos. ¿Cómo llega a ella?
En Medtronic, la compañía de tecnología médica más grande del mundo, me di cuenta de que la combinación de terapias médicas con la electrónica era el futuro. En aquel momento, todos estos sectores empezaban a crecer de forma exponencial, mientras el desarrollo de nuevas moléculas estaba estancado. La convergencia entre terapia, electrónica e inteligencia me parecía el camino hacia la nueva medicina. Una medicina donde los fármacos se sustituyen por bioelectricidad. En su estado puro, el organismo utiliza la bioelectricidad, en concreto el sistema nervioso, para su comunicación y gestión de tareas.
¿Por eso fundó Inbrain Neuroelectronics hace cinco años?
El equipo ha cambiado, pero el plan siempre ha sido el mismo: revolucionar las terapias neurológicas con una plataforma de neurología de precisión en tiempo real como Brain Computer Interface Therapeutics (BCI-Tx). Empezamos en la compañía cinco personas de tres países diferentes. Ahora, somos 60 de más de 20 países diferentes con muchas competencias revolucionarias en campos como los semiconductores, la microelectrónica, los materiales avanzados, la ingeniería mecánica y muchos más. Nuestros interfaces de alta resolución de comunicación bidireccional con el sistema nervioso central y periférico son capaces de detectar biomarcadores asociados a síntomas concretos con el fin de corregirlos con alta precisión y de forma personalizada. Y así, pacientes con problemas neurológicos como el párkinson pueden volver a caminar, hablar y hacer sus tareas diarias con la mayor calidad de vida e ingiriendo menos de la mitad de los fármacos. En un futuro no lejano, puede pasar lo mismo con otras enfermedades como la epilepsia o el ictus.
¿Esto podrá aliviar la carga económica que soporta el sistema sanitario?
Claro, esta es la misión principal. Hoy día, una de cada tres personas tiene un problema neurológico. Es más, el 30% de los pacientes no responde a tratamientos médicos con fármacos. Ello genera un coste económico inmenso en Europa, más que el cáncer y los problemas cardiovasculares juntos. Queríamos contribuir a una mejor calidad de vida del paciente, con menos efectos secundarios y hospitalizaciones.
Recientemente han cerrado una ronda de financiación de 50 millones de dólares. ¿En su sector, es mucho o poco?
En realidad, el valor obtenido es superior, ya que nuestro partner Merck ha contribuido con una financiación adicional. Sin embargo, estas cantidades son necesarias. Calculamos que el proceso de desarrollo y comercialización de nuestros implantes de grafeno costará unos 150 millones de dólares. En Estados Unidos tenemos competidores muy fuertes como Neuralink, propiedad de Elon Musk, que ya ha invertido unos 500 millones. No creemos que llegar a esas cantidades sea necesario, pero sí debemos competir a ese nivel.
¿Y como start-up catalana, qué valor le da a este logro?
Creo que lo que necesitamos es ser capaces de atraer talento relevante y gestionar la cadena de valor local sin grandes dependencias de otros suppliers. Es importante crear tejido industrial que nos permita escalar y competir con los demás, como complemento a sectores de actividad como el turismo. Deberíamos generar tejido industrial en subsectores como los semiconductores, la inteligencia artificial y la tecnología médica de precisión. Es un esfuerzo que debemos realizar entre todos. Por nuestra parte, estamos muy orgullosos de que el Govern, el Estado y la Unión Europea nos hayan ayudado en esta ronda. Y haremos todo lo posible para cambiar el análisis de Draghi y convertirnos en una gran potencia en el sector, dentro y fuera del país.
¿Qué proyectan en estos momentos?
Queremos lanzar el primer producto con el que exhibir todo el potencial del grafeno en la decodificación de señales neuronales en cirugías de resección de tumores y focos epilépticos. Así, se podrán investigar sinergias con otras patologías como el párkinson. En paralelo, seguiremos desarrollando el implante para párkinson y avanzando en nuestra colaboración con Merck. En este caso, la idea es gestionar con la misma plataforma otras áreas del sistema nervioso periférico mucho más sistémicas en enfermedades como la artritis reumatoide. No vamos a parar hasta crear un impacto importante en un número significativo de personas que nos permita revolucionar el sistema de salud español. Tenemos un tiempo finito en el planeta Tierra y nos gustaría mejorar el futuro de las nuevas generaciones.