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Catalunya, destino emergente para la inversión extranjera

La inversión extranjera en Catalunya ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un notable incremento en el valor y la magnitud de los proyectos. Estos ahora se centran más en factores estratégicos que en la reducción de costes, reflejando un nuevo enfoque en la cadena de valor y el talento local.

AstraZeneca anunció, hace unos meses, una inversión de 1.300 millones de euros en los próximos cuatro años dentro de su nuevo hub inaugurado en Barcelona. Es la cifra más alta de la historia en cuanto a innovación y ciencia en Catalunya, en un sector, el de las ciencias de la vida, que copa el 14% de las inversiones totales en la región y genera más de 260.000 puestos de trabajo.

Hay un cambio de rumbo en el tipo de inversión. Cada vez son cifras más altas y de mayor valor añadido. “Cuando empezamos a tener las primeras grandes tandas de capital extranjero, en los 80 y 90, eran productivas, basadas en diferencias de costes, motivadas por el abastecimiento de los mercados del sur de Europa. A partir de 2010, vemos un cambio de tendencia muy importante; los proyectos industriales no vienen, por un tema de diferencial de costes, y llega otro tipo de inversión industrial, basada en otros factores, al encontrar aquí proveedores para todas las partes de la cadena de valor”, especifica Joan Romero, director ejecutivo de Acció.

“Antes teníamos proyectos M y L, y ahora estamos hablando de iniciativas de talla XL y XXL con muchos más puestos de trabajo y más volumen”. Así, por ejemplo, a los 1.300 millones de euros para cuatro años de AstraZeneca, se suma el proyecto, todavía no cerrado, de la coreana Lotte Energy de componentes de baterías en Mont-roig del Camp, en Tarragona, que supone la primera gran apuesta de la compañía en Europa, “en torno a los 800 millones de euros”. Para Romero son cifras muy elevadas e inimaginables en el pasado.

Catalunya es la quinta región mundial en proyectos de inversión extranjera tecnológica dedicada al sector de la salud.

Francesc Xavier Mena, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, señala que hay inversiones claves a partir de las cuales se despliegan muchas otras, tanto domésticas como internacionales, que vienen porque se han producido las primeras.

Actualmente hay dos tipos de inversión que no existían: las de aquellos que quieren desarrollar proyectos de investigación, que en Catalunya encuentran un potencial de talento, de centros de investigación, de universidades, que les permiten realizar estos proyectos; y los vinculados a las nuevas tecnologías. Tanto es así que la comunidad ha captado 475 millones de euros de capital foráneo en inteligencia artificial entre 2019 y 2023, y ya es en esto la quinta región de Europa con mayor volumen de inversión atraída.

Incrementos cada año

Como vemos, Catalunya es atractiva para las empresas internacionales. Tanto el Ministerio de Economía como la Generalitat, a través de Acció, dan incrementos en inversiones para la comunidad. En el conjunto del Estado, la inversión extranjera alcanzó los 28.215 millones de euros en 2023, con un retroceso del 18,5% comparado con 2022, mientras que en Catalunya fue de 4.643,9 millones de euros, con un aumento del 18%.

Si bien Madrid se erige como principal destino de más del 54% de la inversión extranjera, su peso desciende frente a la media de los últimos cinco años. Consigue 15.323 millones de euros, unas cifras superiores y algo alejadas de las catalanas, que se explican porque el Ministerio registra inversiones en base a la sede social, no según el lugar operativo donde se realiza. Ahora bien, este “efecto capitalidad” tiene los días contados. “El registro del Ministerio evolucionará y a partir de este año se tendrá en cuenta el lugar donde se realiza”, nos comentan desde Acció.

Igualmente, Madrid debe vigilarse de cerca. Rodrigo Yagüe, profesor de OBS Business School y autor del informe Inversión extranjera directa, cree que la brecha entre el capital captado por Madrid y Catalunya ha aumentado bastante. “Hace 20 años eran más parejas y, de hecho, llegaba más capital a Barcelona”. La distancia actual se debe, según Yagüe, a los precios de los factores productivos, la fiscalidad y la estabilidad social.

Por su parte, la inversión extranjera en Catalunya captada por la Generalitat bate todos los récords y alcanza los 880 millones de euros en 2023. Supone un aumento del 42% respecto a 2022, la cifra más elevada desde que se empezó a tener registros en 1985. El dato supone la cumbre de un crecimiento exponencial durante el último lustro: el volumen de inversión logró en Catalunya los 2.955 millones de euros entre 2019 y 2023, un 90% más que el quinquenio anterior (2014-2018).

Entre los países que apuestan claramente desde hace años por la comunidad, destacan Estados Unidos, Alemania y Francia. “Cada uno de ellos tiene más de 1.000 empresas ubicadas en Catalunya”, según Joan Romero, director ejecutivo de Acció. Luego están los emergentes como China, que cada vez invierte más y en especial, este 2023, el Reino Unido. “La empresa británica, si quiere tener implantación en la UE, necesita una segunda sede europea, y en este caso Catalunya está siendo una opción”.

Salud, TIC, Industria

“La salud, junto a la química y farmacéutica, está dentro de la estructura económica de Catalunya desde hace años, con un peso enorme, siendo el segundo motor de la comunidad con más proyectos”, según Romero. Es más, Catalunya es la quinta región mundial en proyectos de inversión extranjera tecnológica dedicada al sector de la salud durante los últimos cinco años. Compañías que dan valor a ello son Johnson & Johnson, Siemens Healthineers, Bayer, Teladoc o DXC Technology.

BASF planea una inversión millonaria para construir una planta de reciclaje de baterías para coches en Tarragona.

El sector salud avanza, y es sólo un ejemplo del giro brutal de la apuesta por otras ramas de actividad menos tradicionales en la comunidad. “Hace 20 años se hacían viajes a Japón y se atraía toda la inversión japonesa, una ola que vino hacia aquí y se consideraba manufacturera, aunque tenía elementos de electrónica de consumo, etc.”, recuerda Francesc Xavier Mena. “En cambio, ahora hay mucho capital ligado al mundo de las telecomunicaciones y sistemas de información”. Para el profesor, esto va unido a la creación de centros de talento, donde la mayor parte de los empleados que contratan tienen salarios altos y de valor añadido.

Acció, en datos del conjunto de 2023, destaca aquellas inversiones vinculadas directamente con las transformaciones digital y verde, el 40%; las TIC y la electrónica, con el 26%; y la automoción e industrias del transporte, con el 12%. Catalunya no abandona su tradición industrial, y el capital foráneo en esta rama ha sumado 1.072,1 millones de euros el pasado año, un 34,7% más que 2022, según el Ministerio.

Romero también incide en la importancia de los videojuegos. “No fue un sector con peso en Catalunya hasta la llegada del Mobile World Congress, que ha permitido generar un ecosistema de videojuegos vinculados al móvil que crece”. Empresas del sector relacionadas con el ámbito de las consolas, denominadas la triple A, han ido invirtiendo y han atraído a muchos de los principales players de videoconsolas que también están aquí. “Son inversiones altas en puestos de trabajo, si bien no tanto en volumen de capital”.

Por su parte, Mena destaca la zona de Tarragona como gran ejemplo: “Consigue atraer simultáneamente industria petroquímica e industria turística de primer nivel, lo cual es un éxito muy grande, casi un milagro, porque normalmente la apuesta turística no se produce cerca de un polígono petroquímico semejante. BASF, por ejemplo, sigue ampliando su apuesta”. Porque, en efecto, la multinacional alemana estudia una inversión millonaria para una planta de reciclaje de baterías en Tarragona.

Generar alto impacto

Las cifras en inversiones suponen también un impacto directo en empleo y talento. Los 880 millones de euros captados por la Generalitat atrajeron 112 proyectos y generaron 4.533 empleos el pasado año, y en el último lustro, 20.000 nuevas ocupaciones.

En general, la inversión extranjera directa es buena. Así lo ve el profesor Yagüe, porque impulsa la innovación y aumenta la competencia local. “Que se establezcan nuevos negocios o se expandan los que ya están implantados contribuye muy positivamente al desarrollo del capital humano. Muchas empresas vienen aquí a impulsar infraestructuras, activos que contribuyen al progreso del país y aumenta la productividad”, afirma. Pero también señala un efecto negativo en las pequeñas empresas, que pueden sufrir con la guerra de precios al haber más competencia.

Pese al optimismo de las cifras, que auguran buen futuro, también hay flecos: “Catalunya es una región avanzada que atrae capital extranjero, pero no estamos a la cabeza, ni de Europa ni del mundo”, especifica el profesor Mena. “No hay más que comparar con la inversión en ciudades como Dresde o Magdeburgo, con miles de millones de euros que grandes empresas multinacionales están poniendo en sectores de innovación tecnológica, digitalización y suministro de componentes de la industria manufacturera alemana. Lo de Catalunya se queda en poco comparado con esto”.

Lufthansa, Pepsico y Revolut son ejemplos de empresas que han elegido Barcelona como el lugar para instalar sus centros de estrategia digital.

Señala Mena que, si una inversión llega a un pueblo o a una comarca donde no hay mucha actividad industrial, el impacto es enorme, en cambio, la misma apuesta por el Vallés o el Baix Llobregat tiene un impacto menor. “Esta es la gran preocupación que tiene la Generalitat, conseguir que el capital extranjero se vaya distribuyendo por el territorio”.

También preocupa mantener el nivel de las industrias en la comunidad, pues llegan inversiones muy interesantes y potentes pero también las hay de segundo nivel. “Chery es un claro ejemplo, el grupo automovilístico chino que viene a ensamblar. En 2030 se prevé una plantilla de más de 1.000 trabajadores pero de momento van a ser muchos menos. Y hará coches chinos, algo que en Alemania no se haría nunca porque la industria automovilística europea siempre ha sido muy reticente a ello”. El profesor de Esade aboga por mantener proyectos como los de Volkswagen, del cual se espera que siga apostando por la planta de Martorell. “Si no fuera por esta industria, que emplea a miles y miles de personas en Catalunya, no haríamos nada, y esto quien lo estira es Volkswagen, no Chery”.

Perspectivas

La fiscalidad (en Madrid se pagan menos impuestos que en Catalunya) y la falta de conexión directa con Asia (a pesar del éxito del Mobile) son sombras que pueden obstaculizar la llegada de inversiones foráneas. Como también los factores de riesgo globales, por las disrupciones logísticas y de otro tipo derivadas, por ejemplo, de una situación bélica. “Desde un punto de vista empresarial, la incertidumbre no favorece los proyectos de inversión”, explica Joan Romero y apunta que, así como se están moviendo proyectos de gran tamaño, existe también un criterio de prudencia que puede retrasar la toma de determinadas decisiones. Al margen de ello, hay cierto optimismo para años venideros. En 2015, había en Acció una cartera de 250 posibles proyectos de inversión extranjera, mientras que en la actualidad hay cerca de 600 y de mayor envergadura. “Analizando los proyectos que hay en marcha, y los que deben entrar en producción, tanto en 2024 como en 2025 los datos serán muy buenos”.

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