Catalunya necesita instalar 12.000 MW renovables adicionales en 2030 y hasta casi 62.000 MW en 2050 para alcanzar un sistema eléctrico descarbonizado.
Catalunya se ha propuesto que la mitad de la energía consumida en 2030 proceda de fuentes renovables y llegar a la total neutralidad climática en 2050. Unos retos gigantes que necesitan de la actuación de recursos y diversos agentes del sector. ¿Cuál es la radiografía de las renovables? ¿De qué manera llegar a estos objetivos?
El mundo está sumergido en un contexto de emergencia climática sumado a los precios de la energía más altos de la historia. Por ese motivo, los gobiernos han entendido que un proceso hacia la transición energética, con el uso cada vez mayor de las energías renovables, son medidas “obligatorias” a implantar en los próximos años. Catalunya ha establecido planes para afrontarlo, teniendo en cuenta que los recursos destinados a ello, hasta el momento, no han sido numerosos.
Recursos insuficientes
Las cifras indican el retroceso en renovables existente en la comunidad. Durante 2020, en Catalunya había en servicio 4.038 instalaciones de generación de electricidad a partir de fuentes de energía renovables –32 más que en 2019– con una capacidad de 3.985,26 MW, según el informe Obercat, el Observatorio de Energías Renovables de Catalunya. Aunque se acusa un ligero ascenso, los responsables del estudio señalan que 2020 estuvo protagonizado por el impacto de la Covid que ha supuesto una inédita parada de la actividad social y económica y, por lo tanto, industrial, y esto ha repercutido en una importante reducción del consumo energético.
La penetración media de las energías renovables en España es de cerca del 40%, mientras que en Catalunya es del 13%.
El Observatorio da a conocer que este crecimiento prácticamente nulo de la capacidad de generación de energía renovable en Catalunya es una constante desde la puesta en marcha del Observatorio en 2017. Además, el informe también recoge la recopilación estadística de la CNMC, que en ese mismo año 2020, establece que sólo se han puesto en servicio en Catalunya 4,09 MW de nueva capacidad de generación eléctrica con fuentes de energía renovables, de los que la totalidad son fotovoltaicos.
Estos datos contrastan con los del resto del país. En una entrevista a RTVE, recogida por Efe, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, dio a conocer que la penetración media de las energías renovables en España es de cerca del 40%, mientras que en Catalunya es del 13%.
Demanda y autoconsumo
Según el Obercat, la demanda eléctrica de Catalunya en 2020 ha sido de 43,99 TWh, un 6,5% inferior a la de 2019. Esta demanda se ha cubierto, principalmente, por fuentes nucleares, seguida por los ciclos combinados que han aportado un 11,8% de la demanda, casi un 40% menos que el año anterior; y en tercer lugar la hidráulica que ha aportado un 11,6%, un 47% más que en 2019. En cuanto a las otras fuentes renovables, la eólica ha cubierto un 5,7% de la demanda, un 16,3% menos que el año anterior; y la fotovoltaica un 0,86% de la demanda, un 7,7% menos que el año anterior.
Se concluye, según este informe, que, en 2020, la capacidad de generación eléctrica renovable ha crecido en 4,09 MW (según REE), unas cifras lejos de las que estimaron en el Observatorio de acuerdo con los objetivos del Gobierno, que tenían que ser de 270 MW solares fotovoltaicos y 90 MW eólicos.
Los datos positivos que nos deja este informe es que el autoconsumo solar fotovoltaico avanza con fuerza en Catalunya, pero hay que ser consciente de que es una pequeña parte de la nueva capacidad de generación que es necesario incorporar. A destacar también que, en 2020, no se puso en servicio nueva capacidad de generación eólica, y durante el primer semestre de 2021 empezaron las obras de cuatro parques eólicos. Si bien se resalta que Catalunya lidera el crecimiento en autoconsumo de generación en todo el Estado.
Actuaciones
La necesidad de apostar por las renovables está clara. Pero ello supone imponer un modelo distinto que necesita recursos y una colaboración público-privada continua. Los objetivos marcados por el Gobierno de la Generalitat son ambiciosos, y se ha empezado por aprobar la modificación del Decreto ley 16/2019, de 26 de noviembre, de medidas urgentes para la emergencia climática y el impulso a las energías renovables. Es el primer paso de la ruta del Gobierno catalán hacia la transición energética en Catalunya que fija que en 2030 las energías renovables deben suponer un 50% de la energía eléctrica consumida en la comunidad y sitúa la neutralidad de emisiones (aplicar el 100% de renovables), en 2050, de acuerdo también con los objetivos de la Unión Europea.
Para llegar a ello, Catalunya necesita instalar 12.000 MW renovables adicionales en 2030 y hasta casi 62.000 MW en 2050 si se quiere alcanzar un sistema eléctrico totalmente descarbonizado. Así lo calcula la Prospectiva Energética de Catalunya 2050 (PROENCAT 2050), elaborada por el Instituto Catalán de Energía (ICAEN) y la conselleria de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya.
Esto supone también el cierre de las centrales nucleares, y que la energía eólica suponga el 50% de la generación eléctrica del país mientras que la fotovoltaica, el 43% en 2050. A su vez, se ha previsto la instalación de más de 11.000 MW en instalaciones fotovoltaicas en edificios y 2.600 MW de energía fotovoltaica en otros espacios antropizados (espacios abiertos), que aportarán hasta el 40% del total de la energía solar que se genere en Catalunya.
En conjunto, se fija que, hasta 2050, entrarán en servicio alrededor de las 500.000 instalaciones de energía eléctrica en tejados y cubiertas, muchas de ellas asociadas a sistemas de autoconsumo y generación distribuida. Si bien desde la Conselleria de Acció Climàtica responden que el autoconsumo no será suficiente para conseguir los objetivos fijados.
Además, la producción de hidrógeno de origen renovable como combustible y/o materia prima en el sector energético, transporte e industria será de casi 95.000 toneladas en 2050.
Desde Acció Climàtica remarcan que Catalunya necesitará contar con 1.000 MW de eólica marina instalada en el año 2030 y por esto hará falta un parque eólico marino en la costa catalana.
Soberanía energética
La neutralidad climática del ciclo energético se apoya de una estrategia de soberanía energética que supone eliminar la actual dependencia energética exterior (pasará del 94,2% al 6,7% en 2050, sin contar los usos no energéticos de la energía) y mitigará los efectos de los conflictos geoestratégicos relacionados con la energía.
Analizando los datos y los retos que establece el PROENCAT 2050, en la patronal Cecot creen que Catalunya tiene capacidad para alcanzar los objetivos, pero necesita un marco jurídico que facilite la generación de electricidad distribuida y el autoconsumo para conseguirlos.
Desde el Observatorio de Energías Renovables de Catalunya analizan diversos aspectos, como que el cierre de las centrales nucleares sólo será factible con un muy relevante incremento de la capacidad de generación eólica y fotovoltaica. Y que sin una participación directa del sector en el proceso de definición de las políticas y de los modelos de transición energética, así como en su materialización, no será posible conseguir la llamada neutralidad climática en 2050.
Comunidades energéticas, en bien de todos
La transición energética es toda una transformación social que implica a ciudadanos y empresas para que tomen conciencia y se sientan realmente protagonistas de la transformación. Se necesitan entonces nuevos modelos de consumidores y productores, como las comunidades ciudadanas de energía o las comunidades de energías renovables que se basan en el empoderamiento de los ciudadanos y las empresas para llegar a un modelo energético renovable, participativo y democrático, que a su vez permitirá luchar mejor contra la pobreza energética.
Las comunidades energéticas son entidades formadas por diferentes agentes –ciudadanía, administración local y/o empresas– que cooperan y se involucran en la producción, distribución y uso de energía con el objetivo de ofrecer beneficios medioambientales, económicos y sociales. Un ejemplo de ello es SomComunitatEnergetica.cat, una plataforma que permite descubrir qué comunidades energéticas se pueden crear a partir de cualquier inmueble en Catalunya, y que surge del consorcio integrado por la cooperativa Cíclica, el Instituto de Investigación en Energía de Catalunya (IREC), la compañía Electra Caldense y la cooperativa Dies d’Agost, así como la Asociación MicroPobles.
Esta herramienta busca simular la creación de comunidades energéticas entre los mismos vecinos para conocer el ahorro energético y económico que supondría, así como saber qué agentes facilitadores –administraciones y empresas– operan cerca. El objetivo es contribuir a lograr los objetivos energéticos y descarbonización fijados por la Unión Europea.
Desde el IREC prevén que en los próximos meses haya una gran demanda de nuevas comunidades energéticas debido a la entrada de los fondos Next Generation, el nuevo Real Decreto de Comunidades Energéticas, los precios actuales de la energía y el aumento de la información sobre el cambio climático.