Tras un año muy complicado, se estima que empezaremos a notar cambios positivos en nuestros bolsillos a partir del segundo trimestre de 2024.
Tras un largo periodo en el que la economía se ha visto fuertemente condicionada por cuestiones como la creciente inflación, las constantes subidas en los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (FED) y el impacto que generan factores geopolíticos como el conflicto en Ucrania o la situación actual en la Franja de Gaza, la economía española cierra un año en el que entidades públicas, organizaciones privadas y, especialmente, familias y particulares se muestran expectantes y precavidos ante el próximo 2024.
En los últimos meses, los Bancos Centrales han tenido que actuar en un entorno de elevadísima incertidumbre que, a su vez, ha dificultado la interpretación del impacto en la economía. Sin embargo, no me cabe la menor duda de que las políticas restrictivas que se han implementado en los últimos meses se traducirán de forma paulatina en una situación de deterioro moderado de la economía o, como nos gusta llamarlo en Caja Ingenieros, en una situación de light recession. Sin embargo, son muchos los que a estas alturas del año no entienden cómo todavía no hemos entrado en recesión y, realmente, la respuesta es muy fácil y lógica: todo es cuestión de tiempo. En concreto, en el ámbito financiero se estima que las políticas monetarias restrictivas tardan entre 18 meses y 3 años en generar efectos notorios en la economía. Así pues, se estima que los españoles empecemos a notar cambios positivos en nuestros bolsillos a partir del segundo trimestre de 2024. Específicamente, nuestra previsión es que, tras un año muy complicado en el que ha seguido subiendo el precio de la cesta de la compra y de la vivienda, entre otros gastos habituales, los españoles puedan empezar a percibir la tendencia a la baja en los precios a partir de los meses de verano.
En cuanto a la inversión, es importante mencionar que es precisamente este lapso de tiempo entre la implementación de las medidas y su impacto real en la economía lo que provoca desconfianza entre los inversores. Aunque la previsión es que la inflación continúe en los próximos meses su proceso de moderación, los inversores están realizando movimientos estratégicos que protejan sus inversiones ante posibles sorpresas. En otras palabras, estos escenarios difíciles de vislumbrar provocan que el bloque inversor realice movimientos seguros para protegerse ante posibles imprevistos o sorpresas. Por nuestra parte, la recomendación es la incorporación de deuda pública en las carteras, bien sea vía fondos de inversión, carteras gestionadas u otras opciones que generen income y ayuden a incrementar la estabilidad. A modo de cierre, me gustaría destacar también que, precisamente este 2023, se han cumplido 15 años desde la caída de Lehman Brothers, una crisis financiera que ha impulsado una transformación total del sector bancario y financiero. A lo largo de este tiempo han cambiado muchas cosas como, por ejemplo, han desaparecido más de 40 entidades bancarias o cajas de ahorro en España, se han cerrado aproximadamente 26.000 oficinas y se ha experimentado una reducción de hasta en un 41% de la ocupación en el sector. Todas estas novedades han puesto en valor precisamente el modelo que rige nuestra Entidad, el cooperativismo. Nuestra voluntad por aportar valor social y económico a nuestros socios y socias y nuestro firme compromiso por promover una forma de entender las finanzas donde los criterios éticos y sociales son fundamentales, se han convertido en un rasgo característico que nos diferencia de la competencia y que, sin lugar a duda, se alinea con la profunda transformación del sector financiero donde la sostenibilidad y el cuidado del planeta se han convertido en una prioridad.