Cataluña Económica

Edit Content

Revista

Suscripciones

¿Qué se espera de nuestro crecimiento económico?

El año 2023 puede acabar con un crecimiento económico de Catalunya y España superior al previsto por el FMI. Los datos, a continuación.

En enero de 2023 el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza el crecimiento económico mundial para los años 2022 y 2023. Anticipaba anteriormente, en octubre 2022, un crecimiento del PIB Mundial del +3,2% en 2022 y del 2,7% en 2023, y los ha aumentado ambos en dos décimas, dejándolos respectivamente en el +3,4% y el +2,9%. En el caso de España, en concreto, prevé ahora un crecimiento del +5,2% en 2022. Es un crecimiento que prácticamente dobla al crecimiento previsto para el conjunto de países desarrollados (+2,7%) para el mismo año. En Catalunya, según datos del Idescat, el PIB del año 2022 ha crecido aún en mayor medida, un +5,5%.

Para 2023, en cambio, el FMI prevé un crecimiento del +1,1% en España, que si bien será superior al del conjunto de la zona euro (+0,7%), será ligeramente inferior, sin embargo, al del conjunto de los países desarrollados (+1,2%). ¿Es ello razonable? Creo que no, pienso que este crecimiento previsto va a ser, en realidad, superior. Veámoslo en cinco puntos.

En primer lugar, el motivo principal por el que las economías tanto española como catalana han crecido mucho más en 2022 que el conjunto de países desarrollados ha sido por la fuerte recuperación del sector servicios, tras la disminución de las restricciones Covid. A nivel mundial, y según el Oxford Covid-19 Government Response Stringency Index, las restricciones han pasado del nivel 44,8, en diciembre de 2021, a 16,2, en diciembre de 2022, en una escala que va de 0 (no restricciones) a 100 (máximas restricciones). Ello ha propiciado una recuperación meteórica de la actividad turística. De los 18 países con un mayor peso del turismo sobre su economía en 2019, sólo unos pocos han estado plenamente operativos en 2022. De hecho, los tres primeros, Macao (72% de peso del sector turismo), Filipinas (24,6%) y Tailandia (21,9%), han seguido afectados por las restricciones Covid, afectadas especialmente por la política China. Lo mismo les ha ocurrido a otros países también en la lista como Nueva Zelanda, Hong Kong, Malasia, Turquía, Sri Lanka, Australia o Singapur. Los claros beneficiarios han sido países europeos, como España (14,6%), Italia (13,3%) o el Reino Unido (10,9%), cuyos crecimientos en 2022 han superado ampliamente al del PIB mundial. Si bien aquí aún no ha llegado el turismo asiático con fluidez, sí lo han hecho el turismo europeo y norteamericano, así como el proveniente de Oriente Medio, que ha compensado parcialmente al asiático. Para este año 2023, China ha abierto ya, si bien al ser una apertura reciente, se espera que su impacto inmediato sea en los países asiáticos turísticos más próximos, como puedan ser Tailandia, Malasia o Japón. Aun así, se espera un cierto impacto positivo en Europa y en la costa Oeste norteamericana especialmente en los meses de julio y agosto, así como alrededor de la Golden Week en China, a principios de octubre. En cualquier caso, el impacto positivo adicional proveniente de Asia debería tenerse en cuenta para 2023.

El turismo puede ser en 2023 un antídoto contra el bajo crecimiento económico, una solución para la economía global.

En segundo lugar, según el World Travel & Tourism Council (WTTC), en la reunión que mantuvo en Ryad, Arabia Saudita, a finales de noviembre, la actividad turística tendrá un crecimiento del +5,8% en 2023, justo el doble del que va a tener el mundo. El turismo puede ser, pues, en 2023, un antídoto contra el bajo crecimiento económico, una solución para la economía global. Los factores que contribuyen a ello son el efecto catch-up o de recuperación del tiempo perdido; la fuerte demanda acumulada, o también denominada pent-up demand; el hecho de que la actividad turística haya escalado posiciones dentro de las preferencias de consumo familiares, en lo que es una tendencia de fondo clara en el consumo que va desde bienes hace servicios, y más concretamente hacia experiencias; los elevados niveles de empleo, que están en máximos históricos; el actual récord histórico absoluto de los niveles de ahorro familiar y las reaperturas de las partes del mundo que permanecían cerradas o semicerradas en 2023, ya mencionadas.

En tercer lugar, los PMIs (Purchasing Manager’s Index) de Servicios están saliendo muy fuertes. Se trata de un barómetro que se computa mediante encuestas a los ejecutivos de negocio de las empresas de Servicios, y que pretende ser un indicador adelantado. Por una parte, el último dato del ISM Services PMI, que calcula el Institute Of Supply Management (ISM), para EEUU, fue de 55,2, altamente expansivo (por encima de 50). Por otra parte, el indicador de la Confianza del sector Servicios de la Zona Euro, que calcula la Comisión Europea, está en el nivel 10,7, superior a la media de 8 de los últimos 25 años. Es muy importante que los servicios se mantengan fuertes, dado que, en el pasado, no ha habido recesiones sin fuertes contracciones en los servicios. Las contracciones en el sector manufacturero no son suficientes para generar recesiones, necesitan ir acompañadas de contracciones en el sector servicios para ello.

En cuarto lugar, los máximos niveles de inflación se dieron ya en 2022. En algunos países como EEUU, Canadá o España fueron a mitad de año, mientras que en otros como la Zona Euro y la mayoría de los países europeos se dieron en el mes de octubre. Los denominados breakeven inflation rates, que constituyen una estimación que efectúa el propio mercado en función de los precios pagados por los bonos ligados a la inflación, prevén que, en los próximos cinco años, en el Reino Unido la tasa de inflación media sea del 3,2%, en Alemania del 3,1% y en Estados Unidos del 2,2%. Los motivos para que el mercado así lo descuente son: (i) el descenso del precio de las materias primas, tras los máximos que alcanzó en abril de 2022; (ii) la acción concertada de los bancos centrales, especialmente intensa desde el pasado mes de septiembre; (iii) la progresiva normalización del exceso de inventarios que alcanzaron las empresas con la Covid, una vez la cadena de suministros se ha restablecido en buena parte, tal y como se puede deducir del fuerte descenso y normalización del Shangai Shipping Exchange SH index, que recoge los precios de los contenedores enviados desde Shangai; y (iv) la fuerte subida de los tipos de interés hipotecarios en 2022, de un +3,2% en EEUU, y de un +3,8% en la Zona Euro, que contribuyen al enfriamiento del mercado inmobiliario, el mayor componente de la inflación.

En quinto lugar, la incógnita de los tipos de interés largos. Si bien tanto la subida de los tipos de interés cortos como la de los tipos hipotecarios está ya muy cerca de su final, que alcanzarán dentro de 2023, los tipos de interés largos tienen aún margen de subida. Si los cortos se estabilizan al 3,5%, directamente en la Zona Euro, y con un movimiento de ida hasta superar el 5%, y posterior vuelta al 3,5%, en EEUU, las curvas de tipos de interés quedarían planas, atendiendo a las rentabilidades largas actuales. Las curvas planas no son de equilibrio, dado que en ese entorno todo el mundo compraría el tramo corto de la curva, al ofrecer la misma remuneración con un riesgo menor. Ello quiere decir que las empresas pueden, aún hoy, financiarse a largo plazo a un precio razonable, más aún si tenemos en cuenta que los diferenciales de crédito están en zonas de mínimos históricos. Los costes de financiación son, pues, inferiores a la rentabilidad sobre los activos que las empresas obtienen, manteniendo pues el aliciente inversor.

Por todo ello pienso que, el año 2023, va a acabar con un crecimiento económico superior al previsto por el FMI, tanto en España como en Catalunya.

Comparte este artículo