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Empleo verde, la llave de la economía sostenible

El objetivo no es generar una nueva actividad verde sino convertir en verde la economía actual, cambiando la forma de funcionar y de integrarse en el territorio.

Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), los empleos verdes son “empleos decentes que contribuyen a preservar y restaurar el medio ambiente, ya sea en los sectores tradicionales como la manufactura o la construcción o en nuevos sectores emergentes como las energías renovables y la eficiencia energética.” Además, la OIT considera que, si se conciben y gestionan de manera adecuada, los empleos verdes facilitan la inclusión social y la igualdad de género y contribuyen a la erradicación de la pobreza.

La transición hacia una economía medioambientalmente sostenible y de bajas emisiones en carbono supone una actividad económica y profesional emergente que requiere ser impulsada por nuevos perfiles con capacidades, aptitudes y conocimientos diferentes y complementarios a los desarrollados hasta ahora. Por tanto, la economía verde necesita recursos humanos que logren llevar a cabo ideas que generen un verdadero impacto en los modelos económicos y que apoyen, mediante su trabajo, la transformación de los sectores productivos.

Para generar tal impacto, la economía también requiere un empuje por parte del sector público y privado, creando alianzas entre ambos que promuevan la generación de ideas y la capacidad de inversión hacia el cambio de modelo, junto a la mencionada creación de nuevos perfiles desde el mundo científico y las universidades.

Según el informe Empleo verde en una economía sostenible, elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad en España y la Fundación Biodiversidad, a medio plazo existe un enorme potencial para la creación de empleo verde con expectativas revolucionarias. La ecología industrial busca conectar los principios y elementos de la economía con la biología. En realidad, su objetivo no es generar una nueva actividad verde, sino convertir en verde la economía actual, cambiando para ello tanto la forma de funcionar y relacionarse entre sí las actividades productivas como la forma de integrarse en el territorio.

En este contexto, Carlos Santamaría, economista y emprendedor social (MenorcaLab), Director del Programa (R) HUB Rural y Presidente Sociedad Científica de Profesionales para la Sostenibilidad, apunta que “el empleo verde y el emprendimiento verde, deben enmarcarse en un concepto más amplio, como es la bioeconomía circular, nuevo modelo económico sostenible en sus tres ejes, social, medioambiental y financiero, que deje atrás el modelo neoliberal basado en un crecimiento económico ilimitado. Modelo en el cual no debería ser necesario la ancestral separación entre el mundo urbano y el rural, puesto que ambos están imbricados y son absolutamente interdependientes y, por lo tanto, ambos han de disfrutar del valor generado en la cadena de valor.”

“Es curioso como la disposición cultural al emprendimiento es exactamente igual en el ámbito rural que en el urbano, representando el 7 % de la población; pero las mujeres son más emprendedoras, siendo el 54% mujeres, frente al 46% que son hombres, justamente a la inversa que en el ámbito urbano. Sin duda una oportunidad de resiliencia que debe aprovecharse por el bien de las futuras generaciones”, destaca Carlos Santamaría.

Queda de manifiesto que como en cualquier tipo de actividad tradicional, las pequeñas iniciativas llevadas a cabo por emprendedores suponen una palanca transformadora, siendo el emprendimiento verde una oportunidad no solo de generar sostenibilidad ambiental, sino también de llevarlo a cabo con responsabilidad social y actuar así como agente inductor del cambio hacia una sociedad más integrada.

Sectores

El informe Empleo verde en una economía sostenible explica de qué forma la sostenibilidad necesita a los dos grandes bloques de actividad generadora de empleo verde; los sectores tradicionales que se enfrentan a un importante proceso transformación y los nuevos sectores emergentes que surgen de esta nueva visión ecológica de la economía.

La actividad de mayor peso en el empleo verde tradicional en España es la de gestión de residuos, seguida de la producción de energías renovables y el tratamiento y depuración de aguas residuales. Otros sectores están en la lista de empleos verdes tradicionales son: la agricultura y la ganadería ecológicas, los servicios ambientales a empresas y entidades, I+D+i ambiental, la gestión de zonas forestales o la educación e información ambiental.

La sostenibilidad necesita a los dos grandes bloques de actividad generadora de empleo verde: los sectores tradicionales y los emergentes.

Además de estos sectores tradicionales, nuevos empleos surgen a partir de las actividades necesarias en el desarrollo de la economía sostenible; las tecnologías de la información y la comunicación, la rehabilitación-edificación sostenible, el turismo sostenible, las actividades específicas relacionadas con la mitigación o adaptación al cambio climático, la movilidad y el transporte sostenible, la economía de la biodiversidad, los cultivos agroenergéticos o la ecología industrial, son muestra de ellos.

Demanda de empleo verde

Si el éxito de la transición hacia una economía sostenible depende en gran parte de los profesionales que lleven a cabo todas las tareas necesarias para poner en marcha un nuevo modelo económico y productivo, la demanda de empleo, entendida como el tipo de habilidades que ofrecen los profesionales, tendrá que adaptarse a la oferta de empleo, es decir, a los potenciales puestos de trabajo necesarios para ejecutar la transformación. Pero ¿qué tipo de profesionales necesita la economía verde?

Igual que comentábamos con los sectores tradicionales o de nueva creación que afectan a la economía verde, ocurre con los perfiles profesionales.

Un estudio realizado por GreenBiz Group, con la colaboración de Linkedin, revela datos sobre qué habilidades y empleos verdes son necesarios en todo el mundo para proporcionar a los responsables de la formulación de políticas y a los líderes empresariales los conocimientos prácticos necesarios para asegurar una óptima transición hacia la economía sostenible.

Para ello la economía requiere un cambio en las habilidades en una amplia gama de trabajos existentes. Por ejemplo:

– Se espera que los diseñadores de productos entiendan cada vez más los matices de la sostenibilidad con especial énfasis en la economía circular: reutilización desde el diseño, como es el caso de la moda sostenible, cada vez más popular entre vendedores, diseñadores y estilistas.

– Los analistas de inversiones necesitan comprender cómo evaluar la exposición de una empresa a los riesgos por el cambio climático y hacer recomendaciones de inversión y de buena gobernanza que tengan en cuenta este riesgo. En las denominadas finanzas sostenibles, la inversión se reporta cada vez más por tipo de cartera, para lo que se están desarrollando estándares de medición del impacto de la actividad empresarial en la sostenibilidad, de manera que se homogeneice la comparación entre compañías.

– Los ingenieros de datos se enfocarán cada vez más en reducir la huella de carbono y en ganar eficiencia energética en la actividad empresarial.

– En todas las categorías; líderes de proyectos y nuevas estrategias comerciales.

Como sugieren estos ejemplos, habrá muchos trabajos directamente relacionados con la economía verde, como las energías renovables y otros que, aunque de forma indirecta, también requieran nuevas habilidades y conocimientos en sostenibilidad. Así, aunque el desarrollo de “talento verde” está creciendo más rápido en algunos sectores como la energía, estos empleos tienen una emergente participación en todos los eslabones de la economía.

¿Qué podemos esperar?

Las habilidades verdes, por tanto, comienzan a valorarse en todo el panorama económico y empresarial mundial. El estudio citado hace hincapié en que la prevalencia y la demanda de estas habilidades crecerán a medida que se lleven a cabo los compromisos del sector público y del sector privado.

Así, las habilidades verdes de más rápido crecimiento se encuentran en la gestión de ecosistemas, normativa e inversiones y compras sostenibles:

– Las habilidades de gestión de ecosistemas se centran en los costes de los desastres naturales inducidos por el clima y eventos extremos, desde huracanes hasta incendios.

– El rápido crecimiento en las habilidades de política ambiental, especialmente relacionadas con la salud y la seguridad, indica un fuerte enfoque global sobre los impactos de la degradación ambiental en nuestro bienestar.

– El auge en las habilidades de compras sostenibles también refleja un nuevo comportamiento corporativo. Los proveedores necesitan ser transparentes en la gestión de la sostenibilidad en toda su cadena de valor y, por tanto, la divulgación sobre el valor añadido de las compañías a la economía sostenible y su interpretación empieza a ser de vital importancia, también para la gestión de compras y licitaciones, funciones que necesitan conocimientos diferentes a los tradicionales.

Como vemos, muchas de estas nuevas habilidades requieren una alta cualificación y se concentran principalmente entre los trabajadores verdes tradicionales como científicos ambientales y biólogos, expertos en agricultura, transporte, construcción, industria, energía o minería. Pero, además, el estudio pone de manifiesto una clara tendencia creciente de habilidades verdes entre los profesionales en roles que tradicionalmente no se han venido considerando “verdes”.

Aunque el desarrollo de talento verde está creciendo más rápido en lo relativo al modelo de economía circular como base de la sostenibilidad, también se espera que todos los profesionales partícipes en la cadena de valor entiendan los matices de la sostenibilidad, de forma que no solo se vea la necesidad de ser sostenibles en el diseño de productos reutilizables y paquetería de bajo impacto ecológico, sino que también se entienda cómo la sostenibilidad necesita nuevas habilidades en todas las funciones empresariales, como ya venimos mencionando.

La Organización Internacional del Trabajo estima que 24 millones de empleos en todo el mundo podrían ser creados por la economía verde solo para 2030. Según el estudio mencionado, desde 2017 la demanda de talento con habilidades verdes ha aumentado constantemente a medida que los gobiernos y las empresas intensifican sus compromisos y acciones para lograr sus objetivos climáticos y de sostenibilidad.

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