El escenario catalán en materia de renovables pone en evidencia que su impulso es una de las principales asignaturas pendientes y tema de preocupación económica.
En Catalunya, la producción de energías renovables está por debajo de la media española. A pesar de ser la comunidad autónoma líder en producción energética, 38,2 GWh producidos en 2023, sólo el 15,7% de ésta pertenecía a fuentes renovables, frente al resto de España, que representaron la mitad de la energía producida. Además, en este último año, la generación de fuentes de origen renovable sólo aumentó un 2,2% en Catalunya, en contraste con la evolución del conjunto de España (+15,8%).
La diversificación y la apuesta decidida hacia una producción de energías renovables es crucial. Las energías renovables son fuentes de energía inagotables y sostenibles a largo plazo, su producción es más respetuosa con el medio ambiente y reducen la dependencia de los combustibles fósiles importados, lo que mejora la seguridad energética y la autonomía de un país.
El escenario catalán en materia de renovables pone en evidencia que su impulso es una de las principales asignaturas pendientes y tema de preocupación económica. La Generalitat es consciente de ello. En este sentido, lleva años ideando acciones para revertir esta situación y hacer que Catalunya remonte en materia de energía eólica para cumplir los parámetros establecidos por la Comisión Europea en el plan REPowerEU. El plan establecido por la Comisión Europea vela por acelerar la transición energética en Europa para que la economía europea sea más competente, sostenible y autosuficiente.
En esta línea, en los últimos tres años, la Generalitat ha hecho esfuerzos por dinamizar el sector con diferentes medidas, como el decreto de despliegue de renovables 24/2021. Seguido por una reforma del DL 5/2022, en base a los objetivos del Decreto 24/2021. Estos esfuerzos están hechos con el objetivo de acercar Catalunya a los parámetros establecidos por la Agenda de 2030, impulsando medidas por la emergencia climática, así como las energías renovables, con la finalidad de introducir medidas para mejorar la aceptación social de los proyectos de energías renovables y la agilización administrativa de su aprobación.
Sin embargo, parece que hay factores que ejercen una barrera para alcanzar las metas que el Gobierno se ha propuesto para solucionar el retraso en materia de energías renovables en Catalunya.
El rechazo en la implementación de los proyectos de parques eólicos por parte de las comunidades locales es también un gran obstáculo.
Uno de los principales obstáculos que encontramos es la lenta y burocratizada tramitación de los proyectos de energía renovable. La duración media de la tramitación de los parques eólicos en Catalunya puede prolongarse entre dos y cinco años desde el momento en que se presenta la solicitud hasta la obtención de las autorizaciones necesarias y el inicio de la construcción. En esta línea, existen proyectos como el parque eólico de Colldejou, y el parque eólico de Ribera de Òdena, que han experimentado varios retrasos en su tramitación e implementación.
Esto se debe a varios factores. En primer lugar, las restricciones establecidas en el DL 24/2021 no comprenden la situación actual de la escalada en el precio de la energía debido a la crisis energética, agravada por la guerra en Ucrania y sumada a la emergencia climática. Este escenario obliga a una interpretación del contenido del Decreto que favorezca la aceleración en la implantación de renovables.
Otro problema que amenaza con la tramitación de los proyectos de energía renovable es la dificultad de gestión y cohesión de las administraciones locales, regionales y estatales. Es imperativo, ante la situación de urgencia por implementar parques eólicos y alcanzar los objetivos establecidos por la Comisión Europea, reforzar la administración con profesionales cualificados que resuelvan los expedientes y crear un Comisionado por la Transición Energética con poder y capacidad para resolver conflictos entre administraciones y departamentos, así como agilizar los procesos y deshacerse de intermediarios innecesarios que prolongan la implementación de los proyectos.
También resulta primordial establecer criterios interpretativos claros y unificados para solucionar la lenta tramitación derivada de la disparidad de los servicios territoriales sobre los criterios de cantidad y calidad de la documentación a aportar en los proyectos en cada fase de la tramitación. Además, serviría para evitar la arbitrariedad de las administraciones locales a la hora de interpretar el ordenamiento y planteamiento urbanístico municipal, que a menudo se utiliza para bloquear temporalmente la tramitación urbanística de los proyectos.
El rechazo, por parte de las comunidades locales, en la implementación de los proyectos de parques eólicos es también un gran obstáculo al que debemos enfrentarnos. Una de las principales razones por las que se argumenta este rechazo es por el impacto ambiental, sobre todo en la vida silvestre local, incluyendo pájaros migratorios. La mayor amenaza para la supervivencia de las especies y sus hábitats es el cambio climático. De hecho, la implantación de energías renovables es la mejor solución para reducir su impacto. Son varios los parques eólicos instalados en Catalunya que, gracias a la aplicación de medidas correctoras, no registran incidentes entre pájaros y aerogeneradores. Adicionalmente, especies como el águila perdicera han incrementado el número de individuos en estas áreas. Creemos firmemente que la defensa de individuos de especies protegidas no puede ser, por sí, causa suficiente para detener la implantación de renovables y los posibles incidentes puntuales no son suficientes para denegar el desarrollo de un proyecto.
Estas trabas y pocos estímulos a la hora de tramitar e implementar los proyectos pueden hacer que los inversores pierdan fe en Catalunya para llevar a cabo proyectos de energía eólica y busquen otras regiones.
Está claro que Catalunya es una región rica en recursos, con buenas ideas, proyección de futuro y totalmente capacitada para llevar a cabo proyectos de gran calibre que lleguen a los estándares de la Comisión Europea y que marquen una notable diferencia en la situación de urgencia climática. Sin embargo, debemos poner el foco en los defectos administrativos para no desperdiciar recursos físicos y temporales. Crear un proceso administrativo ágil y funcional que ayude a destapar el embudo administrativo actualmente presente en este tipo de trámites, educar a la población sobre la importancia de estos proyectos ante la grave situación medioambiental y buscar formas de llegar a los objetivos propuestos por la Agenda de 2030.