Nadie quiere asumir costes, lo que requiere mecanismos institucionales y políticas públicas adecuadas que tengan en cuenta las complejas vertientes del problema.
Malas comunicaciones, servicios sanitarios nulos, pocas escuelas... Son los habituales problemas de la vida en el mundo rural, y el futuro conduce a la despoblación.
Aunque parezca que vamos volviendo a una cierta normalidad, hay transformaciones de fondo que debemos asumir para preparar mejor nuestras organizaciones.
La pandemia ha acentuado las asimetrías que tensionan el Estado de Bienestar y ha puesto en evidencia que el contrato social no se ajusta a las necesidades actuales.
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